Por Carlos Costas (Zé Carlos)
21/06/2014
El sábado comenzó temprano. Nuestros anfitriones en Belo Horizonte nos habían desafiado a un partido y por supuesto aceptamos el reto. Armamos un equipo con Rodrigo “El que más Sabe” Hernández, Diego “Bombo” Sáez y Víctor “Tigre” Cruces, mis compañeros de ADN en esta cobertura.
A las 9 de la mañana ya estábamos listos para pichanguear.
Hace mucho rato que me molesta una rodilla y mi última vez en una cancha debe haber sido hace dos años. Ilusamente pensábamos que enfrentaríamos a rivales de nuestra categoría, o sea guatones seniors.
Para sorpresa de todos, los rivales de turno eran unos simpáticos muchachos, todos delgados, en espléndida condición física y muy hábiles con la bola.
Ellos formaron con: Marcelo, Renato Junior, Leo y Claudio.
Con un planteamiento ultra defensivo, pragmático a concho y dejando a nuestro artillero Cruces solo arriba, logramos un sacrificado triunfo. Ganamos 15-14 y todos los goles fueron obra del “Tigre”.
Es justo decir que tres de los cuatro brazucas (tres hinchas del Atlético Mineiro y uno del Cruzeiro) jugaban a pata pelada. Eran muy relajados, practicaban su jogo bonito e intentaban llegar con la pelota hasta la línea de gol.
Pusimos lo que había que poner y nos quedamos con el triunfo. Buena onda nuestros rivales brasileños que al final del partido posaron para nuestro reportero gráfico, Diego Sáez.
Después de la pichanga, una duchita y partimos con Diego al Mineirao para ver el triunfo de Argentina sobre Irán. Yendo en auto, el estadio queda a 15 minutos de nuestra casa estudio. Discretita la selección trasandina que se salvó gracias a una genialidad de último minuto de Messi. La mayoría del estadio era albiceleste, aunque había una pequeña pero bulliciosa barra iraní que recibió el respaldo de los brasileros, durante todo el partido.
De regreso, participé de la transmisión del entretenido empate entre Alemania y Ghana. Así se nos pasó el día. En esta época del año oscurece temprano y a las seis de la tarde ya está completamente oscuro en Belo Horizonte. Al momento de despachar esta crónica también me doy cuenta que hoy comenzaba el invierno. A diferencia de lo que me pasó en Sudáfrica, este Mundial no he pasado frío (qué heladas eran las noches en la aburrida Nelspruit). Creo que sólo he usado jeans un par de días. El resto de la estadía me la he pasado con pantalones cortos.
Calor y buen clima en Brasil, frío y neblina en Santiago. Amo la lluvia y me encanta el invierno. Yo por mí viviría en el sur, pero este año no sabré de inviernos.
Hoy me tengo que acostar temprano. Nuestro vuelo a Sao Paulo sale muy temprano y a las 5 de la mañana ya hay que estar en pie. Nos espera ese partido con Holanda que definirá el primer lugar del Grupo B, el lunes en Arena Corinthians.
¿Fortaleza o Belo Horizonte?
En una de esas dos ciudades seguirá escribiendo su historia La Roja.-