Si esto es cierto, hay que aplaudirlo… Se trata del sorprendente anuncio que hizo el gobierno estadounidense de reducir las emisiones de dióxido de carbono de las centrales termoeléctricas de su país en un 30 % para 2030.
La reforma iimpulsada por Barack Obama afectará a 1.600 plantas y es la más ambiciosa adoptada por un presidente estadounidense. La propuesta está prevista para entrar en vigencia en dos años y responde a la intención de Obama de dejar un legado palpable contra el cambio climático, argumentando que cerca del 40 % de la contaminación en Estados Unidos proviene de las plantas de energía.
En todo caso, más allá de las buenas intenciones, la reducción de un 30% de emisiones ha desatado todo tipo de críticas de la oposición republicana quienes han anunciado su intención de tomar acciones para frenar su aplicación… ¿La razón de los republicanos?: que esta medida parará las inversiones, frenará el crecimiento y significará la eliminación de miles de puestos de trabajo.
Como ven, el statu quo pareciera reaccionar con iguales argumentos en todos los países del mundo, incluso en el más poderoso de todos…