Hoy se cumplen 32 del penal de Carlos Caszely…
Chile debutaba en el Mundial de España de 1982 frente a Austria, un partido que era clave ganar para seguir adelante en un grupo que tenía a la poderosa Alemania de Karl-Heinz Rummenigge. Pero comenzamos mal. Austria se puso adelante en el marcador con un gol de Walter Schachner pero en el minuto 26 se abrió la esperanza. Carlos Caszely, ídolo más allá de su hinchada colocolina, entró corriendo al área rival donde su presencia era letal. Con pelota dominada. Un defensa austríaco lo cruza y lo derriba. Penal. El propio Caszely se llena de aplomo, toma la pelota y la pone en la línea de sentencia. Corre, patea y desvía más allá del palo derecho del arquero.
Todo un país queda perplejo. Caszely, con el fatídico número 13 en la espalda, las manos en la cintura y la cabeza gacha… Chile caería por la cuenta mínima ante Austria, luego sería arrollado por Alemania y humillado por un débil conjunto argelino. El penal de España ’82 jamás se nos olvidó. Raro, ha sido más potente que miles de goles del propio Caszely; una amargura más presente que cientos de alegrías que vendrían después. Quizás, nos seducen más las tragedias, nos quedan grabadas de mejor forma las desdichas que las dichas. Talvez, por eso, preferimos a Prat sobre Condell o nos parece más heroico el desastre de Rancagua que el triunfo de Maipú. Algún siquiatra tendrá la respuesta o un sociólogo. O un poeta, no por nada, hablando de penas, desventuras y sus metáforas ya sumamos dos premios Nobel de Literatura… Cosas del fútbol, anécdotas nacidas en un Mundial…