Foo Fighters aceptó dar un concierto en Richmond, Estados Unidos, organizado por sus propios fanáticos a través de un crowfunding.
Un grupo de seguidores logró reunir el dinero para que la banda de Grohl vuelva a tocar ahí luego de más una década de ausencia.
A pesar de ser la localidad donde Dave Grohl pasó buena parte de su adolescencia, Foo Fighters no tocan allí desde 1998. Así las cosas, un fan llamado Andrew Goldin inició una campaña junto a tres amigos que ha vendido ya 1.400 entradas a 50 dólares cada una, y que parece haber convencido ahora al grupo.
Desde un momento quedó claro que se devolvería el dinero de las entradas en el caso de que Foo Fighters no quisieran hacer el concierto, que además necesita vender todas las entradas para cubrir los gastos de organización y realización.