Por Carlos Costas (Zé Carlos)
20/06/2014
Esta historia es de los días previos al Mundial 2006 que ganó Italia. Lo recuerdo con exactitud porque era la primera vez que visitaba Río de Janeiro y quedé impresionado por el colorido de sus calles, todas adornadas con banderas, guirnaldas y pelotas de futbol en apoyo a la selección brasileña.
Mi cita era a las 5 de la tarde en un departamento del acomodado barrio Leblon. Llegué con tanta anticipación que, antes de anunciarme a través del citófono, maté el tiempo dando varias vueltas a la manzana y tomando un helado.
Recuerdo que el ascensor llegaba hasta el piso 8 y después había que subir un par de pisos más por una oscura escalera. La persona encargada de recibirme me dijo que estaba “tudo bem” pero que tendría que esperar un rato más.
Esos minutos de espera fueron lo mejor que me pudo pasar.
Mi entrevistado aún estaba dentro de una sala de grabación afinando los últimos preparativos antes de partir a Alemania a realizar varias presentaciones como parte de la delegación cultural de su país, con motivo de la Copa del Mundo.
Dirigía la escena sentado en ese estudio donde su voz, los vientos, cuerdas y percusiones sonaban en perfecta armonía.
Mi entrevistado era: Chico Buarque.
Tuve la suerte y el enorme privilegio de entrevistar a uno de los grandes de la música popular brasilera para la radio Cooperativa. Mi compañera en esa época, Cecilia Rovaretti, después me pidió una versión más extensa en texto que fue publicada en una de esas revistas de papel couché.
Recuerdo que cuando Buarque se enteró que yo era chileno y ante mi consulta por su distancia con nuestro país, donde nunca se ha presentado, él me respondió citando unos versos del famoso “¡Ay, ay, ay!” del compositor nacional Osmán Pérez Freire (1880-1930):
Soné que el fuego helaba ¡Ay, ay, ay!
soñé que la nieve ardía,
y por soñar imposibles,
soñé que tú me querías.
Me contó que era una canción que le gustaba mucho a su padre y que esos versos vinieron a su memoria al momento de componer el tema “Outros sonhos” para Carioca (2006) disco en el que se propuso plasmar todas sus vivencias de niñez y juventud en Río de Janeiro.
Ayer, Francisco Buarque de Hollanda o Chico Buarque, tal como se le conoce universalmente, cumplió 70 años. Leo en la prensa brasileña que está recluido en París escribiendo una próxima novela. Los dos libros que yo le conozco (Budapest y Leche Derramada) son lecturas altamente recomendables.
Hijo de una familia de intelectuales y diplomáticos, Chico Buarque comenzó su carrera en 1966 y fue un opositor a la dictadura militar brasileña (1964-85). Estuvo exiliado en Italia.
Actualmente, defiende la gestión de los presidentes Lula da Silva y Dilma Rousseff aunque también ha sido crítico de la corrupción que involucra a funcionarios y autoridades públicas. Buarque reconoce que el explosivo crecimiento de Brasil en la última década ha sido fruto de las políticas sociales impulsadas por el PT (Partido de los Trabajadores) y critica a la prensa conservadora que intenta desestabilizar a Dilma.
En los días previos al plebiscito del 88, la radio Cooperativa rotaba con mayor frecuencia su tema “A pesar de vocé” (A pesar de usted, mañana ha de ser otro día…) y todos entendíamos a quién ese refería esa discreta y elegante manera de protestar. En este video queda aún más claro.
Su canción más conocida en Chile es “O que Será” que compuso para la película Doña Flor y sus dos maridos y que interpreta junto a Milton Nascimento.
Mi favorita es “Construção / Deus lhe pague (1971)”.
Mucho más competente como poeta y letrista que como músico, Chico Buarque creó este relato sobre un obrero de la construcción -que tiene versión en castellano- como una aguda crítica social basada en la relación del hombre y el capital. Aborda esta temática con una lucidez e inteligencia asombrosas. Utiliza esdrújulas y cambia de lugar algunas palabras en un juego que fortalece la narración sin que pierda sentido. La edición local de Rolling Stone eligió “Construção” como la mejor canción de la MPB (Música Popular Brasilera) de todos los tiempos.
También le gusta el futbol. Es hincha de Fluminense y en 1980 jugó una pichanga con Bob Marley en Río. De hecho, recuerdo que después de esa entrevista que me dio hace 8 años Chico Buarque se iba a jugar a la pelota con unos amigos y se cambió las zapatillas mientras yo guardaba mi grabadora.
La obra de este poeta, músico, escritor y dramaturgo es monumental y a propósito de sus 70 años ya se anuncian una serie de reediciones.
El año pasado estuvo en el centro de una fuerte polémica en Brasil que enfrentó a escritores y a un grupo de músicos que defendía su derecho a no ser biografiados
“Creo y sigo creyendo que un ciudadano tiene derecho a no querer ser biografiado, como tiene derecho a no ser fotografiado y filmado”, manifestaba en esa oportunidad.
Esta semana en su facebook, Caetano Veloso publicó el siguiente mensaje: “Chico llega a los 70. Brasil es capaz de producir un Chico Buarque: todas nuestras fantasías de autodescalificación se anulan. Su talento, su rigor, su elegancia, su discreción son tesoros nuestros”.
Grande, Chico Buarque.