Editorial de Freddy Stock, miércoles 09 de julio.
¿Acuerdo o contubernio?… La riqueza del lenguaje castellano permite distinguir claramente la diferencia entre ambos conceptos: acuerdo o contubernio… El acuerdo es la actitud que dignifica a dos personas o grupos de personas que piensan distinto; es la posibilidad de encontrar el rumbo común, el camino más ancho a seguir, aquel en el que caben más ciudadanos. El acuerdo nace de manera transparente, de cara al pueblo, con las ventanas abiertas a la ciudadanía.
El contubernio representa el palmoteo en la espalda a puertas cerradas. De hecho, la palabra en latín significa «habitación». Para los romanos, un «contubernio» era una especie de tienda o carpa en la que convivían ocho soldados durante su entrenamiento o campaña. Y en política moderna, el contubernio representa las manos que se dan entre cuatro paredes, el consenso tras el triunfo mezquino de los mismos y en la derrota cruel de los mismos. Es la ingeniería del cálculo preciso, el modus operandi del statu quo.
El acuerdo es el símbolo precioso de la democracia, ya que descansa en los cimientos de la tolerancia y de la razón. El contubernio es la victoria de lo oscuro, del arreglín, del gatopardismo de hacer que las cosas parecieran cambiar para dejar tranquilo al pueblo mientras todo sigue igual.
«Política de los acuerdos» o «Política del contubernio». Los caminos son disímiles pero ambos son representan las dos caras de una moneda que ya está lanzada al aire… Bienvenidos a Palabras sacan Palabras.