Cosas de la vida… Un hombre es atropellado, queda vivo, moribundo. Su cuerpo es lanzado por el vehículo a una cerca alambrada, donde termina por morir 15 minutos después. El autor del atropello no va solo. Va con amigos. Vienen de una fiesta dieciochera, a toda velocidad. Traen botellas con licor en el jeep. Atropellan y se dan a la fuga. Los acompañantes vuelven en una camioneta distinta, acuden a carabineros a quienes entregan una versión falsa del atropello del cual -sin decirlo- fueron protagonistas. Todo para encubrir al chofer del jeep, hijo de 24 años de uno de los hombres poderosos y acaudalados de la política chilena.
La farsa de descubre. Caen cómplices y el autor del delito. Comienza una trama de intrigas y de poder. La autopsia que se le hace a la víctima resulta ser falsa; se entregó un parte forense sin haber analizado el cadáver. El Servicio Médico Legal ordena una nueva autopsia que determina que el occiso sobrevivió al atropello pero que no recibió la ayuda necesaria.
Los abogados de la familia del autor del atropello visitan a la viuda. Es una mujer que casi no veía a su marido, descrita como casi analfabeta y de situación económica precaria. Según el abogado querellante, la viuda retiró la querella contra el joven que atropelló a su marido luego de recibir una oferta cercana a los diez millones de pesos.
Llega el veredicto de la justicia. El autor es hayado culpable de cuasidelito de homicidio pero el tribunal descarta manejo en estado de ebriedad porque no se pudo probar. Los amigos que mintieron fueron absueltos del delito de obstrucción a la justicia.
El sujeto que atropelló y abandonó a su suerte a su víctima podrá seguir conduciendo. Y es un hecho que cuando se dé a conocer la sentencia el próximo 18 de julio nos enteremos que, luego de toda esta trama, el autor del atropello quedará, a lo máximo, con pena remitida. Cosas de la vida…