LITTLE STEVEN'S UNDERGROUND GARAGE

Capítulo 36 – Danzas mágicas de fertilidad

Equipo Futuro |

Escucha el programa a continuación…

BLOQUE 1

I Can Only Give You Everything (Them)

Es momento de nuestro frikerío de mitad del verano; aquí, en el hemisferio norte: el fin de las vacaciones está cerca. Se viene el colegio y la universidad otra vez. Para muchos, agosto es el mes que marca el principio de muchas cosas y lo que de verdad me está preocupando es que los suecos –entre todos nuestros amigos paganos- le dicen al 24 de junio el Midsommer, la mitad del verano. Cuando todo el mundo sabe qu, en realidad, la mitad del verano (o del invierno, si es que estás al otro lado del mundo) es esta semana, justo al medio del solsticio de verano (21 de junio) y el equinoccio de invierno (21 de septiembre). Así que no nos apuremos demasiado… Los celtas, en cambio, fijaron el comienzo del verano en el primero mayo, seis meses exactos antes que su celebración de Halloween, su comienzo del invierno. La primera semana de agosto, se convirtió en su festival de la cosecha. El 21 de junio, el día más largo del año, cayó justo en la mitad de esas fechas, y por lo tanto, en la mitad de “su” verano. El primero de mayo hoy está asociado a fechas más políticas –el día del trabajador, por ejemplo-, pero todo comenzó en Roma con tres días de celebración sin restricción sexual, bacanales desnudas en torno a una gran columna –el “maypole”-. Si sentías que no habías tenido demasiada “acción” te largabas a bailar y cualquier danza que simbolice la fertilidad ritual te servirá.

Dance With Me (Lords Of The New Church)
Down On Funky Street (Arthur Conley)
Do You Wanna Dance? (Ramones)
Psychotic Reaction (The Count 5)
Dance Dance Dance (The Beach Boys)

BLOQUE 2

Nuestro freak de la semana es el rey del rock and roll, el originador, el emancipador, el arquitecto, el Liberace de bronce, The Georgia Peach, un Tesoro internacional, la belleza en movimiento: Richard Wayne Penniman, Little Richard, nació un 5 de diciembre de 1932, el tercero de doce hermanos, en el ghetto negro de Georgia, hijo de un predicador de medio tiempo y traficante de alcohol de tiempo completo, Richard “Bud” Penniman. De pequeño, cantaba por todo el vecindario en busca de atención, y la hermana Rosseta Tharpe lo llevó a la iglesia evangélica a cantar en el altar en 1944. El niño quedó hechizado con el espectáculo, y unos años más tarde, entre 1951 y 1954, grabó canciones para el sello Peacock y RCA, sin que pasara mucho con el material. Eso, hasta que su amigo Lloyd Price le recomendó que enviara un demo a Specialty Records. “Estos tipos saben lo que hacen”, le dijo. La compañía envió a Robert “Bumps” Blackwell a audicionarlo en los estudios de Cosimo Matassa, en Nueva Orléans, pero Richard probó a cantar blues lentos y la cosa no iba bien, hasta que en la hora de almuerzo todos se fueron al Dew Drop Inn, y Richard se sentó al piano relajado y comenzó a tocar acordes de boogie woogie, cantando “Tutti Frutti, good booty” (buen culo). Fue ahí, que Bumps Blackwell dejó de comer y le puso atención. Adecentaron un poco la letra y desde septiembre del 55 hasta octubre del 57, todo lo que Richard grabó fue un hit. Después de ver cómo el Sputnik hacía órbita sobre la tierra, creyó que el mundo se acababa y renunció de golpe al rock para dedicarse a predicar durante cinco años; pero en el 62 regresaría al camino con un tour donde los Beatles fueron sus teloneros y un chico de 15, llamado Billy Preston, el organista de la banda. Richard regresaría a Inglaterra al año siguiente, esta vez con los Rolling Stones de número de apertura; y al año siguiente integraría a su grupo a Jimi Hendrix. Volvería a ser predicador full time durante los años 80, época en la cual ofició su primer matrimonio, el de Little Steven y Maureen, en 1982; y después casaría a unas cuantas parejas más. Tocó en laceremonia de inauguración presidencial de Bill Clinton. Mi héroe. Qué haríamos sin ti? Little Richard!

Brown Sugar (Little Richard)
Long Tall Sally (The Kinks)
Gotta Get Away (The Black Keys)
He’s Got The Power (The Exciters)
Rip This Joint (The Rolling Stones)

BLOQUE 3

Qué harías si estás en una banda al borde del éxito y de pronto aparecen en el mapa otros sujetos que usan tu mismo nombre pero con una letra cambiada? Es lo que les ocurrió a The Birds, formados en el área oeste de Londres en 1964. Ronnie Wood y Tony Munroe, en guitarra. Kim Gardner, en bajo. Bob Langham y luego Pete McDaniels, en bacteria. Y uno de los más grandes (y desconocidos) vocalistas de la historia del rock, Ali McKenzie. Estaban ahí, al medio de todo, con los Yardbirds, The Blue Magoos, Trident, The Moody Blues, The Mood, The Kinks, The Small Faces, The Animals y eran tan Buenos como todos ellos. Salieron en TV, ficharon en el sello Decca y su primer single fue You don’t love me, y anduvo bien. El segundo, Leaving here, estaba escalando en los rankings en la primavera del 65, cuando de pronto aparecieron lo estadounidenses The Byrds. Decca trató de demandarlos por el alcance de nombre, pero fueron rechazados por la corte. Continuaron un año más y grabaron una docena de canciones muy cool, pero todo se acabó. A Ron Wood le fue bien: tocó en los dos primeros discos de Jeff Beck –legendarios-, formó los Faces y terminó en los Rolling Stones, pero basta escuchar el tono que consigue en su primera canción, un cover de Bo Diddley. Ali McKenzie nunca encontró una banda tan cool como esta, pero todavía anda dando vueltas y necesita ser recordad, como se merece.

You Don’t Love Me (The Birds)
We Ain’t Got Nothin’ Yet (The Blues Mcgoos)
Pretty Little Angel Eyes (Curtis Lee)
Born To Lose (Johnny Thunders)
Barefoot In The Car Park (Suzi Chunk with Groovy Uncle)
You’re On My Mind (The Birds)

BLOQUE 4

Nuestro tema cool de la semana llega desde Estocolmo, Suecia. Volvemos a recibir en el Underground Garage a un sonido que nos gusta más y más: Stupidity.

Baby It’s You (The Stupidity)
Ramblin’ Gamblin’ Man (The Bob Seger System)
Come And Get It (The Dollyrots)
Look On Yonder Wall (Elmore James)
Devil You Know (Ghost Of A Saber Tooth Tiger)
Call Me Lightning (The Who)

BLOQUE 5

Para una chica que haya crecido en Boston en los 30 y los 40, todo giraba en torno a las bandas y las películas. Pero no bandas de rock and roll. Estas fueron inventadas diez años más tarde, cuando Howlin Wolf y Muddy Waters dejaron de lado sus guitarras acústicas y tomaron las eléctricas. Estamos mirando hacia una era en que América aún no aprendía a tener miedo. Antes que las personalidades se sintieran estranguladas y las innovaciones fueran consideradas algo caro. Antes que nuestro sentido de aventura se cancelara. Eran tiempos de grandes ideas y de grandes bandas –veinte, veinticinco músicos era el standard- y a ellas les encantaba. Y si las bandas eran grandes, las películas más aún: acogidas en pantallas gigantes, en enormes palacios de mármol y terciopelo, transportando a chiquillas de quince lejos, muy lejos hacia tierras de fantasía. Las películas que se convirtieron en espacios de maravillosa diversión durante la guerra, y más aún: hacia dónde podía mirar una chica italoamericana, llena de vida? la mayor de cinco hermanas con una madre que lo devoraba todo, la que le tapaba todas las locuras a las otras. Es por eso que la iglesia católica era la opción perfecta: sus rituales, su lujo, el ritmo de pregunta y respuesta de los servicios, era lo más cercano que podían estar de la realeza y el mundo del espectáculo. Visitar las siete iglesias de Boston era un panorama obligatorio en jueves santo. Un verdadero Woodstock. San Lázaro, Santa María, El Sagrado Corazón, La Estrella del Mar, el convento al tope de la colina e incluso la iglesia irlandesa de San José, para ver cómo vivían los ricos. No tenía mayores hobbies. Todo era cocinar, limpiar, coser e ir a la escuela, Para qué? Tenía que escapar. Iba a las películas cuatro veces a la semana, tal como los otros chicos de los suburbios en Jeffries Point, Belmont, Cambridge, Watertown, East Boston. Ella iba a los cines de su barrios en Orient Heights, el New Orient Palace. Le pregunté porque le llamaban Orient Heights, y me dijo que su subía los 88 escalones de esa colina al atardecer, podías ver un cielo chino, oriental. Y qué seguridad tienes de eso, mamá? Ah, me dijo, lo sabrás si lo ves. Y en los fines de semana ella iba a la gran ciudad, para el gran show. El Orpheum, El Metropolitan, en Boston. Los sábados y los domingos tenías a una gran banda tocando antes de la función. Luego el reel de noticias de Pathé, un dibujo animado y una película. Todo por 25 o 50 centavos, ella no podía recordar exactamente. Pero el boleto del Palace, los miércoles en la noche, costaba 50 e incluía un plato de comida. Los jueves por la tarde, el valor por todo el show bajaba a cinco centavos (un nickel). Y las fantasías no podían ser más grandes, vamos! Lo que el viento se llevó, Casablanca, Now Voyager, Los tigres voladores, Citizen Kane, Robin Hood, The Roaring Twenties. Grandes. Del tamaño de Cagney. De Bogart. Bette Davis, Gene Kelly, Grace Kelly, Elizabeth Taylor, William Holden, Errol Flynn, John Wayne. Así de grandes. En los días de semana aguantaba a tipos aburridos que la sacaban de paseo con tal de subirse al tope de esos tótems. En los clubes de baile juvenil podía ver a Louis Prima, Stan Kenton, Woody Herman, The Dorsey Brothers, Count Basie, Benny Goodman, Duke Ellington y sus cantantes Tony Bennett y Joe Stafford, Ella Fitzgerald, Al Hibbler y claro, Frank Sinatra. La chicas disfrutaban de los cantantes; los chicos, a las bandas. Nada ha cambiado mucho desde esos días. Eso sí, todo se ha vuelto más pequeño; incluso, desafortunadamente, nuestros sueños.

This Town (Frank Sinatra)
35mm Dream (Garland Jeffreys)
Dirty Water (The Standells)
90 Miles An Hour (Down A Dead End Street) (The Empty Hearts)
Meet Me At Mary’s Place (Sam Cooke)

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