Bajo una ráfaga de más cuarenta balazos, mataron al «Joker»… Tenía 32 años, dos hijos, y su nombre verdadero era Claudio Romero Sarti Huerta, aunque en la barra brava de la Universidad de Chile, era conocido por su apodo de «El Joker».
Claudio Romero lideraba la facción disidente de Los de Abajo y viajaba en su auto en la comuna de Recoleta junto a otros cuatro miembros de su facción cuando fueron emboscados y acribillados. Tres murieron, entre ellos, «El Joker», quien recibió 14 balazos repartidos entre su cabeza y su espalda.
La policía y don Claudio Sarti, el padre de «El Joker», creen que este crimen, digno de películas de la mafia, podría ser un ajusticiamiento entre los propios barristas de la Universidad de Chile. Es más, don Claudio afirma que su difunto hijo le quitó poder a los históricos de Los de Abajo y que tras una serie de amenazas, lo mandaron a matar.
El poder del que habla don Claudio tiene que ver con el dinero, con ese, dice, que les pasan a los barristas para los traslados del club a provincia. «Mi cabro les quitó el negocio», dijo, «y quedaron picados».
Con armas automáticas y una ira despiadada, concluye una rencilla en el corazón de Santiago. Es la violencia desatada por delincuentes que parecen actuar en completa impunidad, emboscando y acribillando a sus enemigos en plena calle. Como si estuvieran en un territorio sin ley y -de ser cierta la hipótesis de don Claudio- a pocos días de ir al estadio para alentar el triunfo de su club deportivo…