2013 fue un año marcado por los regresos triunfales de varias bandas de renombre. A la rápida se pueden mencionar álbumes como 13 de Black Sabbath, Target Earth de Voivod, Surgical Steel de Carcass, y The Malefice de Pentagram. Si Decline & Fall, el nuevo trabajo de los ingleses Godflesh, hubiese salido a la venta en dicho año y no en 2014, perfectamente estaría entre los nombres mencionados anteriormente.
La diferencia es que el disco lanzado por el sello del líder de los mismo británicos, Justin Broadrick (Avalanche Records), es un EP y no un elepé como los demás, lo que le da un plus a este retorno, ya que no se necesitaron diez, quince o veinte temas para armar un buen material, sólo cuatro. Sólo un poco más de veinte minutos. Sólo lo justo y necesario para percibir y sentir que la esencia de originarios de Birmingham sigue intacta.
El último trabajo que la banda conformada por Justin Broadrick y G. C. Green sacó a la luz fue Hymns en 2001, por lo que tuvieron que pasar trece años para que los fanáticos de este conjunto insigne del metal industrial pudieran escuchar sus nuevas creaciones. Tardaron y no sólo llegaron, sino que compensaron toda la espera. Y es que canciones como “Ringer” o la homónima al álbum, “Decline and fall”, están cargadas de energía, rabia y una apuesta atmosférica que atrapa, tal como si poseyeran algún tipo de alucinógeno.
“Dogbite” y “Playing with fire” traducen en idioma musical lo que en la vida real sería el puñetazo en pleno rostro, con manopla incluida, de un desquiciado que estuvo trece años encerrado en un manicomio con ganas de dejar inconsciente al primer tipo que se cruce en su camino. Mientras los riff de la guitarra de ocho cuerdas que Justin usó en este álbum logran mantener en un profundo trance al auditor, el potente bajo de Green y los enérgicos gritos del mismo Broadrick son capaces de despertarlo y alterarlo a la vez.
Este EP manifiesta que no se nota en nada el receso de ocho años que tuvieron los de Birmingham, ya que estas cuatro nuevas canciones perfectamente podrían estar en discos como Streetcleaner (1989)o Pure (1992). Incluso se puede percibir una mejora musical en comparación a su trabajo antecesor.
Decline & Fall no tiene que demostrarle nada a nadie, eso Godflesh ya lo ha hecho a lo largo de su carrera. No fue necesario que lanzaran un disco extenso con algunos rellenos, ya que sólo cuatro canciones nacidas de la misma matriz de sus composiciones anteriores fueron capaces de dejar contentos a toda su fanaticada. Eso es lo bueno de los EP, van directo al hueso. No te llegan a aburrir, dado que tienen la dosis justa y letal para engancharte. Además sirven para generar nuevas expectativas con lo que vendrá más adelante, cosa que pasará en septiembre de 2014 con A World Lit Only By Fire, el próximo LP de los ingleses.
Un disco que no le hace honor a su nombre. En este caso la industria de metal llamada Godflesh no pasa ni por una decadencia ni cae con el paso del tiempo, sólo avanza, y con ello las ganas de su hinchada por escuchar más. Broadrick y Green volvieron en grande, y con un EP. Hagan esa.