La nueva versión fílmica del disco conceptual más popular de la historia minimiza el rol de Pink, y le da más énfasis al mensaje anti-bélico.
Por Jorge Ignacio Castillo, desde el Festival de Cine de Toronto.
Este sábado pasado Roger Waters cumplió 71 años.
Y el alguna vez líder de Pink Floyd los celebró estrenando una nueva adaptación cinematográfica de “The Wall” en el Festival de Cine de Toronto. Un pequeño grupo pro-Israel se instaló afuera del teatro Elgin donde se realizaba la premier para reclamar contra su presencia. Uno de sus carteles rezaba “Hey, Waters, leave those yids alone.” (deja a los judíos tranquilos). Su enojo iba dirigida tanto al británico como a todos los que asistimos a la función.
Waters, un connotado pacifista, ha adoptado una postura contraria al bombardeo de Gaza. Una vez en el escenario para presentar su filme, un desafiante Roger comentó “no estoy aquí para defenderme.”
La verdad es que “Roger Waters: The Wall” habla por él. El filme es una mezcla de su último tour mundial -en particular los conciertos en Montreal y Buenos Aires- y una visita privada al cementerio donde su abuelo (muerto en la Primera Guerra Mundial) está enterrado. En el filme, el músico también visita Aprilla, el pueblo italiano donde su padre –que no quería ir al frente en primer lugar- fue asesinado por los Nazis. Su cuerpo nunca fue hallado, pero hubo testigos de su muerte.
Si la figura de su padre era gravitante en “Pink Floyd: The Wall”, esta vez es central. El personaje de Pink (interpretado por Bob Geldof en la cinta del ’82) no está presente en el escenario. La aproximación al disco es mucho más abstracta: La ira de Waters va dirigida tanto contra las autoridades que envían a sus inocentes a morir por ideologías como contra el establishment que oprime a su juventud en casa. Fotos de adolescentes y veinteañeros muertos en el frente y en las calles de sus propias ciudades son frecuentemente exhibidas a lo largo del concierto.
Desde un punto de vista escénico, “Roger Waters: The Wall” es una maravilla. La muralla misma es una pantalla gigantesca que puede transformarse en lo que a Waters se le ocurra: Un mar de fuego, fotografías de víctimas de violencia política, bombarderos… Las dimensiones de la muralla obligaron a Waters a presentar versiones más reducidas en su tour, pero los conciertos grabados en Montreal y Buenos Aires permitieron el despliegue más completo del escenario. Las figuras más icónicas de “Pink Floyd: The Wall” son incorporadas vía marionetas (el profesor, la madre) y animaciones (los martillos marchando).
El filme (dirigido por el propio Waters y Sean Evans) captura el ambiente a la perfección: “Mother” y “Another Brick in the Wall, Part 2” ponen la piel de gallina. “Hey, You” es interpretado por Roger Waters íntegramente desde detrás de la muralla. El momento más Pink Floyd del concierto es la rendición de “Nobody Home” desde un pequeño hueco en la muralla. Waters interpreta la mayoría de los temas del disco, aunque se apoya en el competente vocalista Robbie Wycoff en los temas más demandantes (alguna vez el trabajo de David Gilmour).
Al final de la premier, Waters señaló que no sabía si tenía otro tour dentro de él, pero insinuó una idea para un nuevo show conceptual. Como se le ve saludable, energético y aún irritado con la autoridad, no sería sorpresa.
Revisa presentación de Roger Waters para el documental…
Panel de Roger Waters en Festival de Toronto 2014…