Entrevista: Lobo Araneda
Texto y traducción: Patricio Jara
Cualquier condimento sobra a la hora de resaltar la herencia musical de Death y su fundador, Charles Michael Schuldiner (Nueva York, 1967). Un legado tan consistente y variado que va desde Scream Bloody Gore (Combat, 1987), aquel álbum determinante en el desarrollo del death metal en su etapa embrionaria, hasta los momentos de mayor brillantez técnica alcanzados en The Sound of Perseverance (Nuclear Blast, 1998). Aquél, por lo demás, fue su último álbum de estudio, y también su última gran contribución antes de su deceso, el 13 de diciembre de 2001, a los 34 años. Se fue pronto Evil Chuck, demasiado pronto. Y si de algún consuelo le sirve a los fanáticos nacionales, la segunda etapa del tour mundial de su último disco se inició justamente en Santiago. Fue el sábado 7 de noviembre de 1998 en el teatro Caupolicán.
Las nuevas generaciones han conocido a Death nada más que por la herencia de sus discos, reeditados sistemáticamente en el último tiempo. Sin embargo, el próximo domingo 14 será una buena instancia para que así como los más viejos puedan renovar sus votos, los más jóvenes fijen en la memoria lo que puede ser un instante único: escuchar en vivo acaso la mejor interpretación posible de Death a través de Death To All, la banda que no sólo mantiene vivo el legado de Schuldiner, también compromete parte de sus ingresos a Sweet Relief Musicians Fund, la cual se ocupa del bienestar de músicos que por vejez o enfermedad requieren de asistencia.
Y no se trata de cualquier banda. Death To All está formada, en su mayoría, por músicos que trabajaron con Schuldiner en sus diferentes etapas. Si bien D.T.A. es un proyecto en constante rotación, para su paso por Santiago estarán, además del guitarrista y vocalista Max Phelps, el baterista Gene Hoglan (Individual Thought Patterns y Symbolic), el guitarrista Bobby Koelble (Symbolic) y Steve DiGiorgio, quien tuvo a cargo el bajo en Human e Individual Thought Patterns.
“Tenemos claro que no somos Death”, precisa justamente DiGiorgio, al teléfono desde Estados Unidos. “Sabemos que sin Chuck jamás podremos serlo, y por lo mismo que haremos el mejor esfuerzo para hacer un show que a todos vuelva locos por una hora y media”.
Cuéntanos más sobre eso, sobre la presentación en el Caupolicán.
Varios los que actualmente integramos en la banda hemos tocado antes en Chile en alguna ocasión, por lo mismo estamos muy entusiasmados de lo que pueda ocurrir allá. Sabemos lo apasionado que es el público. Y de seguro lo será más aún ahora que presentaremos los temas clásicos de una banda tan grande como Death en sus diferentes etapas, la del comienzo, la intermedia y la de sus últimos discos. Honestamente, creo que todos quienes forman parte de este grupo son músicos de muy alto nivel y esperamos que eso se vea reflejado en la performance de esas grandes canciones que todos conocemos.
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Tú has venido a Chile en otras ocasiones. ¿Qué recuerdas de esas visitas?
Sí, estuve dos veces, ambas con Sadus. La primera fue en 2004 y la segunda en un festival que compartimos con Obituary en 2007. Y me gustó mucho Santiago, con todas esas montañas de fondo. Además pudimos conocer Valparaíso. Tenemos un muy buen amigo en Chile, Francisco Cautín, de la banda Torturer, y la pasamos muy bien con toda la gente que nos recibió aquellas veces.
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Ingresaste a Death para el disco Human (1991) y ese álbum marcó un giro importante dentro de lo que venía haciendo la banda: pasaron del death metal más brutal a un sonido más refinado, más complejo y más técnico.
Para mí fue un paso natural. Los rangos en que uno puede definir qué es lo brutal o lo refinado siempre son discutibles. No sé cómo explicarlo muy bien, fue un proceso que se dio de ese modo. Al final la música y el metal vienen de un mismo lado, como si todo fuera parte de un solo y gran árbol lleno de ramificaciones.
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Ese álbum y el siguiente, Individual Thought Patterns (1993),son registros fundamentales en la discografía de Death, y ambos cumplieron más de veinte años. ¿Cómo los ves a la distancia?
En ese tiempo éramos un grupo de músicos jóvenes, rabiosos y ambiciosos. Tratábamos de marcar una pauta, sentar algunas bases. Fueron grandes momentos. Y éramos tan jóvenes que recién ahora nos hemos dado cuenta del valor de algunas cosas, ahora que hemos vuelto a tocar ese material después de tanto tiempo. Es una música bastante loca, llena de energía, pues estábamos en muy buena forma, y se ha quedado en la mente de las personas. Insisto en ese punto: ahora que algunos de los músicos que grabamos esos discos nos hemos vuelto a reunir en Death To All, hemos visto todo mejor, a pesar de que las interpretaciones son un poco diferentes, como es natural. Sin embargo nuestro esfuerzo es lo más honesto que hemos podido hacer.
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Cuéntanos un poco de tu relación con Chuck Schuldiner. Cómo la recuerdas ahora. Ustedes fueron compañeros de banda, pero también amigos muy cercanos.
El tiempo te hace notar el significado especial de algunas cosas. Y claro, con Chuck fuimos muy cercanos, compartimos muchas etapas, con amigos en común, reuniéndonos en los mismos lugares, y luego tocando juntos. Todos esos recuerdos de las jornadas de ensayo, los momentos de backstage, las giras, los momentos arriba del bus por la carretera. Con el tiempo esos recuerdos se hacen más fuertes y más vivos. Y lo que decía recién: volver a escuchar esas canciones de hace veinte años y darme cuenta del genio que había detrás, lo adelantado que era Chuck a la hora crear está ahí, vivo. Es un tipo que queremos mucho. Por eso que cada una de nuestras presentaciones es un manera de demostrar cuánto lo apreciamos, todo lo que hizo por nosotros, lo importante que fue para nuestras carreras y para nuestras vidas.
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Además de Sadus, tu banda original, y de los años en Death, has sido parte, entre otros grandes nombres, de Autopsy y Testament, ambas de estilos muy diferentes.
Bastante diferentes, la verdad, pues se trata de estilos muy distintos, pero de ambos momentos me siento muy afortunado. Mi cercanía con Autopsy viene de hace muchos años. No olvidemos que Chris Reifert fue el primer baterista de Death en los comienzos, cuando en la escena todo el mundo conocía a todo el mundo. Además, vivíamos muy cerca. Fueron años muy locos. Y en cuanto a Testament, aquello fue gracias a algunas recomendaciones. Nunca había hablado con ellos hasta el día cuando me llamaron por teléfono y me propusieron ser parte de ellos. Nos reunimos y empezamos a trabajar. Aquello ocurrió en 1998 y se extendió por varios años (hasta 2004) y bueno, desde hace algunos meses que estoy de regreso. Testament es una banda realmente grande. Haber tocado con ellos es como un sueño hecho realidad, como imagino que para otras personas debe ser tocar en Iron Maiden.
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Death To All
Domingo 14 de septiembre
Teatro Caupolicán
Entradas en Ticketek
Ganadores entradas dobles:
JONAS CONTRERAS ROJAS |
15.331.3XX-X |
RODRIGO FUENTES JEREZ |
13.257.5XX-X |
LUNA TORRES |
18.117.1XX-X |
BENJAMIN SAUL |
16.609.5XX-X |
PEDRO GUERRERO LAGOS |
15.475.4XX-X |
NATALIA ORELLANA TAPIA |
16.630.2XX-X |
CARLA MORALES |
16.251.9XX-X |
NICOLE ARRIAGADA TAPIA |
16.876.0XX-X |
EMANUEL MARTÍNEZ ALARCÓN |
17.315.7XX-X |
LUIS ANDRADE SAID |
12.218.1XX-X |
Ganadores entrada + Meet and Greet:
CRISTIAN SAVANDO URRUTIA |
17.383.8XX-X |
TAMARA NAVARRO VERA |
17.122.1XX-X |
MARCO ARÉVALO JARA |
18.990.5XX-X |
ELIAS ORELLANA BARRAZA |
17.839.1XX-X |
EVELYN SEGURA CONCHA |
19.228.7XX-X |
JAIRO URBINA |
17.709.1XX-X |