Después de un 2013 con dos producciones, el notable EP Lucifer-Poseidón-Cthulhu y Azathoth-Azazel/Azoth, split de siete pulgadas compartido con Godless (ambos bajo sello alemán Iron Bonehead), era esperable que el siguiente paso de Unaussprechlichen Kulten fuese un nuevo álbum o, si se quiere, un nuevo y más extenso capítulo en la concepción de su death metal como un único y gran relato.
En el caso puntual de U.K., este siempre ha tenido su foco en el imaginario de H.P. Lovecraft. El detalle no es menor, pues tal como en los discos anteriores, desde los títulos hacia adentro, habitualmente sus canciones refieren al panteón de divinidades que dieron vida a buena parte de la obra del escritor de Providence.
Hoy Unaussprechlichen Kulten regresa con Baphomet Pan Shub-Niggurath, un disco de nueve cortes en los que se privilegia, antes que la brutalidad veloz, la construcción de atmósferas (no por nada el prólogo está a cargo de Mike Browning, quien aporta con casi un minuto de sonidos realmente espeluznantes). U.K., sin embargo, no se ha movido un centímetro del death metal, aunque ahora la búsqueda sea un poco distinta.
Es un álbum breve, no pasa la media hora, pero es suficiente para que Joseph Curwen (guitarras y voz) y Butcher of Christ (batería), los dos miembros fundadores, junto a los recientemente integrados Herbert West (guitarra) y Namru Impetradorum Mortem (bajo), logren construir una unidad perfectamente reconocible. A medida que avanza, el disco se hace más espeso, más opaco y tenebroso, como también las letras las canciones logran su objetivo al proferir su mensaje protervo con frases del tipo “enséñanos todas las injusticias del mundo”.
En esto es fundamental el trabajo de Joseph Curwen, quien, como buen poseído, logra diferentes registros vocales sin perder su dicción. Las letras de U.K. mezclan inglés, español y otras lenguas olvidadas, y en ese juego siempre salen ganando.
Musicalmente, temas como “Yogge-Sothothe (Umr At-Tawil: Creatura Terrae Part I)” y “Kadath In The Cold Waste (Tekeli-Li Part II)”marcan los puntos más altos en lo que Unaussprechlichen Kulten ha sabido hacer muy bien todos estos años: armar canciones a partir de riffs simples pero directos y con los cambios de ritmo adecuados. No hay grandes piruetas instrumentales ni maquillajes de postproducción, tan solo un death metal bien tocado y empeñado en generar un efecto. Si lees a Lovecraft, de seguro escucharás este disco de un modo distinto.
Y si bien no falta la dosis de brutalidad galopante, como en “Ceremony Of Belial”, la suma final apunta siempre a la misma dirección: lograr los cruces entre dos pasiones exaltadas, la música y la literatura (magníficamente reflejada, por lo demás, en el sincretismo del arte de carátula, óleo del pintor Daniel Corcuera). Cuando toda esa mezcla ocurre, no puede salir nada malo. Maligno, sin duda, pero malo, jamás.