Hay que aplicar todo el rigor del Estado contra estos psicópatas…
Aquí se superaron todos los límites. Ya no son bombas para robar cajeros o bombas en un vagón vacío del metro. Acá fue una bomba para causar daño, una bomba que fue puesta con un fin asesino y donde ya no caben bemoles ni distancias. La bomba cobarde de esta tarde nos debe unir como Estado, de la misma forma en como lo haríamos frente a un ataque externo. Para enfrentar a enfermos enquistados en el sistema, tenemos la obligación de dejar de lado la politiquería oportunista y mirar a la democracia como un ser frágil que se debe cuidar entre todos.
El bombazo en la capital de Chile es una noticia mundial. Está en los sitios informativos del planeta porque es extraño que nos ocurra a nosotros. Chile es, para el mundo un país modelo, uno tranquilo, abierto al debate y claro de las reglas del juego democrático. Uno que debe saber unirse para combatir a este tipo de asesinos, crueles y cobardes… Y que de una vez por todas necesita definir el término “terrorismo” en su concepto y en su castigo…