¿El rock and roll tendrá elementos que loo componen en una fórmula irrepetible? A continuación, una propuesta de tres ingredientes:
Eric Clapton, aquella técnica que no se aprende en las aulas, sino que en la calle, con el dolor y la pasión del blues. Si han escuchado aquellos desgarrados solos en sus mejores momentos, comprenderán el verdadero sentido de su apodo, «Slowhand», mano lenta, imprime su alma en cada nota.
Neil Young, el corazón que filtra todo lo que vemos a nuestro alrededor, pero con una mirada absolutamente personal, lograda a través de la introspección. Sólo un espíritu melancólico como el suyo puede expresar tan maravillosamente la dulzura y la intensidad. ¿La esquizofrenia hecha músico? Nada de eso. Simplemente, dejar que el corazón toque.
Bob Dylan, el cerebro pensante. El ser humano que es capaz de crear un mundo diferente al avanzar con cada línea que escribe. No hay estados de conciencia que no hayan estados presentes en sus letras. Prácticamente, la vida entera está reflejada en su discografía.
La foto, por cierto, fue tomada en los ensayos del «Bob Dylan 30th Anniversary Concert», en octubre de 1992
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