Esto, no está bien aclarado… Según un estudio de la Universidad de Santiago sobre el proyecto de ley del Presupuesto 2015, el Gobierno pretende hacer el mayor gasto en horas extraordinarias de la década. El informe de la USACH dice que este gasto aumentará en un 7,2% frente al crecimiento de un 3,4% en el Presupuesto que tenemos este año.
La pregunta que se hacen en la USACH, entonces, es lógica. No saben si este aumento de horas extraordinarias es porque el personal que ya existe está “subdimensionado”, lo que estaría obligando a los empleados fiscales a trabajar más allá de lo legal. O, en su defecto, si la productividad de nuestra planta fiscal es tan baja para las funciones que realizan, que estamos obligados a extenderle la jornada.
En este sentido, dice el informe, la solución, “no es validar cada vez más horas extras, sino resolver los problemas estructurales que las ocasionan”.
La duda del informe de la USACH es preocupante, sobretodo, porque añade que la dotación máxima de personal crece en un 4,8%, desde los 202.856 funcionarios a los 212.685 empleados del Estado. Y que la economía no augura un buen crecimiento de las arcas fiscales para el 2015, con ingresos que serían del orden de los $1.220 millones de dólares menos que lo estimado por la autoridad.
Cifras para reflexionar y que hacen recordar una vez más esas crudas palabras que el Contralor de la República dijo hace unas semanas en una comisión investigadora de la Cámara de Diputados: que el problema es que estamos en una “suerte de cultura del despelote del gasto público”…