¿Terremoto o simple réplica?… Hablando en un lenguaje que no es propio como país, el de los movimientos telúricos, ¿estaremos siendo testigos de un terremoto político con el caso Penta? ¿O será, simplemente, una réplica social de un fenómeno mayor? Yo creo en lo segundo.
Más allá de un caso aislado, o un hecho fortuito que nació después de un litigio financiero, el Caso Penta es un remezón más en una sociedad que intenta acomodar sus placas tectónicas después del gran terremoto estudiantil de 2011. En aquellas jornadas ya históricas, la juventud salió con éxito a las calles para demandar cambios estructurales que aún se siguen produciendo. Pasó en los años sesenta contra la oligarquía; lo vivimos en los ochenta contra la dictadura y lo experimentamos en estos momentos de una forma que aún no podemos definir. El terremoto que aún se siente es el de la ciudadanía empoderada, sabedora de sus derechos y hambrienta de conceptos prácticamente enterrados como el de la justicia social y el de la transparencia de las instituciones.
Penta y sus coletazos son otra réplica del mismo terremoto. Ya tuvimos otras cuando se habló de lucro en la educación, de lobby en la política, de la colusión de las farmacias o de los pollos, de los desfalcos en el sistema financiero, en los casos La Polar, el perdonazo del Servicio de Impuestos Internos a Johnson, el caso Cascadas…. Como ven, las placas tectónicas del Chile de hoy se están acomodando luego de un terremoto que dejó varias estructuras añejas o mal diseñadas en el suelo…