Por Javier Sandoval G
Fotos: Julián Pacheco
Una fiesta de cumpleaños bastante peculiar fue la que tuvo la legendaria banda de metal nacional, Dorso, el viernes pasado en la discotheque Kmasú Premier, ya que el grupo conformado por Álvaro Soms, Gamal Eltit, Fran Muñoz y Rodrigo “Pera” Cuadra fue el responsable de cambiar el estereotipo con que normalmente se viven estas celebraciones.
En el recinto de calle Blanco Encalada no hubo ni piñatas, tortas, ni menos el clásico “cumpleaños feliz” que al escuchar uno no sabe qué cara poner. En su reemplazo, hubo calacas y máscaras de payasos asesinos instaladas en atriles del escenario –tal como si estuvieran clavadas en una pica–, invitados de distintos conjuntos nacionales y un setlist que apeló a la nostalgia debido a canciones que no eran tocadas desde hace más de veinte años.
Si bien la mala acústica de la discotheque no fue una invitada deseada en esta gala, los festejados le supieron dar pelea, a tal punto que lograron tener como resultado un concierto de casi dos horas plagado de emociones, con una tremenda conexión entre el público y la banda, y, especialmente, una buena demostración de metal nacional que aclaró que Dorso está como un vino digno de ser tomado por Cthulhu.
Tres cámbricas décadas
Un poco pasadas las 23:00 horas, los cumpleañeros subieron al escenario de una Kmasú llena de fanáticos de distintas edades. Por un lado estaban los más viejos, aquellos que vieron como una banda llamada Dorso daba sus primeros shows en el gimnasio Manuel Plaza en compañía de otros grupos como Pentagram, Rust o Necrosis. Por otro, los más jóvenes que fueron inculcados en la iglesia dorsiánica gracias a sus cercanos. Tal como dijo el guitarrista del conjunto, Gamal Eltit, una vez terminada la fiesta, “fue emocionante que el cariño de los papás hacia nosotros se haya trasmitido a sus hijos. Eso fue súper importante y se vio reflejado en la tocata”.
El recital no comenzó de una muy buena forma, ya que unos problemas técnicos demoraron un poco el inicio de la fiesta. Estos inconvenientes, lamentablemente, acompañaron a Dorso por varios pasajes del show, dado que el sonido de la Kmasú –para variar– empañó lo que iba a ser una celebración con tintes épicos. Ya pasó con Exodus y hace menos de un mes con Toxic Holocaust/Ratos de Porao, y es que el rebote constante del recinto no hizo más que transformar las melodías de cada instrumento de la banda en una sola masa de ruido. Por esta razón, los primeros temas de la noche, “Críptica Visión” y “Ultraputrefactus Creatura” no fueron disfrutados de la mejor manera. Es más, varios asistentes pusieron caras de “¿qué tema es?”, lo que demostró, una vez más, que la discotheque santiaguina no está hecha para eventos de estas características.
El público sabía que aquello no era culpa de Dorso, por lo que éste le brindó un apoyo constante, el que creció más y más con el pasar de canciones como “Vacalaca”, “En los Alrededores del Templo” y “Vampiro del Cogollo”, los que fueron cantados, saltados y cabeceados por los asistentes, demostrando la gran retroalimentación y cercanía que se generó el viernes pasado, donde el hecho que no haya habido una reja que separara la cancha del escenario ayudó bastante.
El carisma que Rodrigo “Pera” Cuadra desató en el escenario ayudó a que la fiesta de cumpleaños siguiera siendo eso: una fiesta. Usando toda su faceta de animador, el frontman agradeció a todos quienes se hicieron presentes en la tocata, donde aprovechó de decir que “sólo Satanás sabrá si vivimos 30 años más”. Después de la intervención del vocalista y bajista de Dorso, llegó el primer gran minuto de la jornada donde el público demostró toda su energía haciendo mosh al ritmo de “Horrible Sacrifice” del clásico El Espanto Surge de la Tumba (1993).
Un momento épico fue cuando sonó una canción que tanto los espectadores como los mismos músicos querían escuchar/tocar: “Romance”, donde el recinto de Blanco Encalada coreó tanto los riff de la intro como las teatrales líricas del tema que le dio nombre al ambicioso disco publicado en 1991, el que será reeditado en formato vinilo (sólo 500 copias) y digipack en 2015. La atmósfera que se formó fue ayudada en gran medida por la máscara de payaso asesino que el “Pera” usó en los primeros acordes y el sublime humo que brotó del escenario.
“Siempre nos pedían temas del Romance. Es un álbum bastante difícil de tocar porque está lleno de detalles, pero le pusimos empeño y lo pasamos la raja”, dijo el guitarrista de Dorso, Álvaro Soms una vez terminado el espectáculo. Opinión similar a la emitida por el baterista del conjunto, Fran Muñoz, quien aseguró que para interpretar las canciones de dicho disco “hay que estar bien concentrado para recordar las partes de las composiciones porque tienen muchas variantes”.
Acto seguido, Dorso atacó con “Deadly Pajarraco” y “La Mansión del Dr. Mortis”, una dupla extraída del carnaza y bizarro álbum El Espanto Surge de la Tumba. Después de una pequeña pausa en donde un asistente lanzó al escenario una bandera chilena con el símbolo del conjunto, “Pera” y sus muchachos volvieron a repasar su progresiva placa, Romance, ahora con “Psicópata Peligroso” y “Reytec”, no sin antes mandarle un caluroso saludo a su baterista de ese entonces, Eduardo “Topo” Topelberg, quien, pese a no haber participado en esta celebración, es reconocido como parte esencial de Dorso. Por desgracia, justo en la mitad de “Psicópata Peligroso” –tema que de paso no tocaban desde la década del noventa–, hubo un error de coordinación. La cara de sorpresa entre Eltit y Soms en ese instante fue incluso chistosa… para los espectadores, claro.
Como buen anfitrión del carrete, el “Pera” se tomó el tiempo de presentar a la banda que cumplió tres décadas. Una banda compuesta por dos guitarristas ricos en técnica como Álvaro Soms y Gamal Eltit, quien usó una guitarra con los colores de la bandera de Palestina, y un enérgico baterista como Fran Muñoz, quienes tocaron la última triada de canciones antes del descanso de entre-tiempo: “Cosmic Condoro”, “Alquimia y Búsqueda” (una de los temas favoritos de Cuadra, quien no pudo disimular su alegría por interpretarla) y “Expelido del Vientre” (primera composición grabada por Dorso en su disco demo Parajes de lo Desconocido de 1985).
Invitados macabros del rock chileno
Tras un meritorio receso de un poco más de 10 minutos, tanto para los músicos como para el público que en los últimos temas había demostrado toda su energía, ya sea cabeceando o mosheando, Dorso volvió a pisar las tablas de la Kmasú acompañado de dos canciones con tintes espaciales: “Vortex” de Espacium (2008) y “Marte Horror Planet” de Disco Blood (1998), los que sirvieron como plato de entrada para uno de los momentos que más se promocionaron en la previa al recital: la invitación de distintos músicos y amigos a interpretar algunas canciones de la banda cumpleañera.
El primero en ser presentado fue el baterista de Chancho en Piedra, Toño Corvalán, quien, antes de salir en acción y reemplazar momentáneamente a Fran Muñoz, cantó todos los temas de Dorso desde una esquina del escenario, cosa entendible, ya que Corvalán es fanático del conjunto liderado por Rodrigo Cuadra.
“Para mí fue un verdadero honor y un sueño hecho realidad estar presente en esta fiesta. A veces uno se imagina tocando en un grupo que ha influenciado tu forma de tocar, por lo que el día que nos juntamos a ensayar fue increíble, y ahora, la tocata, fue mejor aún, cosa que nunca sucede (risas)” dijo Toño una vez terminada su enérgica interpretación de “Silvestre Holocaust”, tema en donde logró transmitir toda su pasión a un público que sencillamente estaba dejando la cagada en la cancha. Al consultarle qué significaba esa canción para él, Corvalán respondió que “evoca mis recuerdos de juventud, ya que cuando escuchamos El Espanto Surge de la Tumba con mis amigos quedamos cautivados”.
Después llegó el turno de que el baterista de Pentagram y Sadism, Juan Pablo Donoso, y el vocalista de Squad, Chris Castro, se hicieran presentes para tocar una de las canciones insignes de Dorso: “Hidra” de su primer LP, Bajo Una Luna Cámbrica. Posteriormente, y tras el regreso de Muñoz a la batería, el productor de todo el evento, Jorge “Chargola” Hurtado pisó las tablas de la discotheque santiaguina para acompañar a Cuadra con las voces de “El Espanto Surge de la Tumba”. En dicho tema no sólo los dos personajes anteriormente mencionados cantaron, sino que sus voces se unieron con toda la Kmasú, quienes corearon a más no poder aquel grandioso tema que sacó a la luz todo el poder imaginativo del grupo que cumplió treinta cámbricas primaveras.
La guinda que coronó la torta musical más cargada de ciencia ficción de los últimos treinta años en nuestro país, la puso el ex vocalista de Necrosis y actual Kingdom of Hate, Andrés “Chancho Cabrío” Marchant, quien además fue el compañero de tomateras y de escapar de Carabineros del “Pera” en la década de los ochenta. Por lo mismo, la conexión que hubo entre los dos músicos a la hora de cantar la última canción de la cumpleañera jornada, “Vuela en tu Dragón” fue alocada e hiperactiva, casi tanto como el mosh pit que se generó en la disco que por casi dos horas se plagó de una atmósfera llena blood.
Gracias, ¡Oh! Dorsalia
El recital de aniversario de Dorso fue una apuesta, ya que no es común que una banda –solo una– llene un recinto de amplias dimensiones como lo es la Kmasú Premier. Fran Muñoz sabía eso, ya que el mismo baterista comentó que antes del evento, había un grado de incertidumbre con lo que iba a ocurrir. “Fue una jugada arriesgada el hecho de tocar solos en un local grande, por lo que realmente nos sorprendimos cuando salimos al escenario y vimos que estaba lleno”, expresó un contento –y cansado por el show– Muñoz.
El gran detalle que opacó completamente la puesta en escena y el grandioso setlist de Dorso fue la acústica de la Kmasú, ya que hay que decirlo con todas sus letras: el sonido fue malo. El acople que se formó en gran parte del recital debió dejar a varios asistentes con dolor de oído, pero eso no fue motivo para que el ave dorsal alzara sus alas y surgiera de su espantosa tumba. Así lo sintió Álvaro Soms, quien comentó que “la Kmasú es un local muy complicado para tocar, ya que tiene mucho rebote, pero vinimos bien preparados y lo pasamos la raja. Si bien tuvimos algunos errores y problemas técnicos, al fin y al cabo esas huevadas dan lo mismo. Lo que importa es que la gente se vaya contenta y así fue”.
En relación a los asistentes al show y de cómo éstos sintieron la fiesta, Rodrigo “Pera” Cuadra expresó que “el público estuvo muy caliente. Todos prendidísimos. Ellos llegaron con las expectativas de ver un Dorso sólido en el escenario y es lo que teníamos que entregar”, dijo el conductor de Rock Shop de Radio Futuro después de terminar el show de su banda, después de que se lanzara a los fanáticos y después de dejar contentos a todos quienes presenciaron el recital.
Tres décadas no son sinónimo de que el telón se vaya a bajar, todo lo contrario. El próximo año, gracias al apoyo de “Chargola” Hurtado, se reeditarán varios discos de Dorso, tales como Espacium y Romance. En base al futuro del conjunto, Gamal Eltit dijo que este show fue sólo el primero de los muchos que harán por todo el país, donde visitarán regiones como Copiapó, Coquimbo, Valparaíso y Rancagua, entre otras, además de asegurar que “gracias a Dios aún estamos en pie (risas) y con muchos proyectos. Estamos grabando el próximo álbum, del que tenemos cuatro temas listos en formato demo. Tiraremos el elástico hasta que no dé más. ¡Hay Dorso para rato!”.
El tiempo avanza y a veces no nos damos cuenta. Dorso ya cumplió 30 años. Casi una vida entera, pero tal como asegura Álvaro Soms, “estamos viejos, hechos mierda, pero seguimos tocando con las mismas ganas y pasión”. Ese mismo entusiasmo fue lo que ayudó al grupo festejado el pasado viernes a influenciar a distintas generaciones, las que se vieron reunidas en un cumpleaños bizarro, fantástico, pero sobre todo cercano.
Salve, Dorsalia. Salve a las cuatro criaturas que conforman la banda (y a todos quienes pasaron por ella) que nos han regalado momentos que ya son parte de nuestra macabra historia. Feliz, feliz; alegre, alegre, cumpleaños. Pese a la edad, Dorso está como el vino, con el mismo que brindamos en su día, así que salud por esos treinta más que Cthulhu les proporcionará.