El 8 de diciembre se cumplirán 34 años de la trágica muerte de John Lennon y en su carrera musical quedaron muchos himnos musicales con mensajes transversales sobre la paz, el entendimiento y el amor. Hoy en Declaración Jurada queremos abordar una de esas letras que también impactan; no es un himno universal, pero sabemos que cada cierto tiempo es una suerte de voz interior que dice, en medio de la vorágine, la locura y el strees de la ciudad; mejor siéntate en la vereda a ver como giran las ruedas.
Watching the wheels fue compuesta para el álbum Double Fantasy y relata de forma magistral esos cinco años que John Lennon decidió colgar la guitarra y dedicarse a criar a su pequeño hijo Sean. Mientras todo el mundo le decía si ‘estaba loco’ o ‘que era un flojo’, John Lennon aclaró a través de una canción que sólo quería estar fuera un rato y ver pasar a los autos; una metáfora que describe aquellos años entre 1975 y 1980 en donde Lennon dejó al rock star de lado para ser un padre de familia, casi como una fatal premonición.
Watching the wheels – Mirando las ruedas
La gente dice que estoy loco al hacer lo que hago.
Bien, me han dado toda clase de advertencias
para salvarme de la ruina.
Cuando digo que me encuentro bien
ellos me miran un poco raro.
«Seguramente no eres feliz ahora que no juegas más el juego»
La gente dice que soy un holgazán
al llevar mi vida entre sueños.
Bien, me han dado toda clase de consejos
diseñados para «alumbrarme».
Bueno, yo les digo que hago bien
al mirar las sombras en el muro.
«No pierdas el gran tiempo, muchacho
no siempre serás fuerte».
Solo estoy parado aquí
mirando las ruedas girar y girar.
Realmente me encanta ver sus giros.
No más viajes en el «Trenecito de la felicidad».
Es solo que ya lo deje ir.
La gente hace preguntas;
se pierde en la confusión
Bien, yo les digo «No hay problema.
Solo soluciones»
Bueno, ellos sacuden sus cabezas
y me miran como si hubiese perdido la razón.
Yo les digo «No hay prisa.
Solo estoy parado aquí haciendo tiempo»
Solo estoy parado aquí
mirando las ruedas girar y girar.
Realmente me encanta ver sus giros.
No más viajes en «El trenecito de la felicidad»
Es solo que ya lo deje ir.
Es solo que ya lo deje ir.
Es solo que ya lo deje ir.
Sin duda que hay días en el año que todos queremos detenernos, respirar, pensar y sentarse a la orilla de la ruta para ver cómo todo pasa delante de tus ojos.