Estado laico… así se supone que es Chile, un Estado laico. Es decir, un Estado que no se rige por ninguna religión en especial, que se declara neutral frente a ellas pero que respeta por igual sus manifestaciones y sus creencias. Estado laico. Un concepto, en todo caso, que estamos lejos de aceptar por razones desconocidas. Tal vez por miedo a la reacción de la Iglesia y sus partidos políticos afines; quizás por cálculos de ingeniería electoral o, simplemente, por mera ignorancia frente al término y a la filosofía de Estado que el laicismo encierra. Sin ir más lejos, el propio ministro de Educación comparó al laicismo con otras religiones que se profesan en el país.
Ahora, nos enteramos que el Gobierno de la Nueva Mayoría gastó 15 millones de pesos en la elaboración de un pesebre gigante instalado en La Moneda, en el corazón del Palacio de Gobierno de todos los chilenos.
El pesebre es una tradición más bien católica que recrea el supuesto nacimiento de origen humilde de su Mesías rodeado de animales y visitado por tres reyes magos. El desembolso para esta puesta en escena a escala humana fue incluso mayor a la que realizó el ex Presidente Piñera y pone nuevamente en el debate nuestro espíritu republicano y el respeto a todas las creencias y no creencias por igual. Al menos, eso es lo que obliga un Estado que se considera laico…