Esta es una información que vale la pena aclarar… Y es la que dio al diario La Segunda, la ministra de Salud, Helia Molina, señalando que, «en todas las clínicas cuicas de este país, muchas de las familias más conservadoras han hecho abortar a sus hijas». Y añadió que, «Las personas con más dinero no requieren de leyes, porque tienen los recursos».
La ministra Molina, un referente no sólo en Chile en salud pública, hizo estas declaraciones a pocas semanas de que el Gobierno ingrese al Congreso el proyecto de ley sobre aborto terapéutico. Y criticó, así, el doble estándar de los sectores conservadores que se oponen a despenalizar la interrupción del embarazo en caso de violación, inviabilidad fetal y riesgo de la madre.
Con la misma valentía, Helia Molina podría entregar nombres de clínicas que participan en este ilícito para no meterlas a todas en el mismo saco. De esta manera, las palabras de la ministra de Salud no quedan como una acusación irresponsable al voleo, sino que se convierten en la prueba de la hipocresía de cierta clase chilena que impone leyes según visiones morales propias o respaldando los aún temidos lobbies religiosos…