Editorial de Freddy Stock, viernes 26 de diciembre.
Escuchen este caso que expone La Tercera… “Si en la Isla Guaitecas, en la Región de Aysén, un vecino quiere comprar un medicamento para una enfermedad compleja o algún dispositivo ortopédico, debe viajar doce horas por mar hasta Puerto Aysén y luego esperar un bus que lo lleve, luego de un trayecto de una hora, a Coyhaique”.
Con este caso, el diario grafica la ausencia de ventas de medicamentos en 54 comunas del país de acuerdo a un estudio del Ministerio de Salud. Además, hay otras 23 comunas en las que sólo se venden remedios de uso común, o sea, los que no requieren receta médica.
Las cifras dan cuenta de la segregación social y regional de un negocio que es parte del sistema de salud que tiene este país. Escucha, existen 2.924 farmacias en 268 comunas pero sólo la Región Metropolitana concentra la mitad de ellas. Y adivina dónde están principalmente todas ellas. Sí, en el centro de Santiago por la alta circulación de gente y en el llamado “Barrio Alto”.
Y es aquí donde debe funcionar el Estado, acudir dónde no llega el mercado que son los pobres y las zonas alejadas o con pocos clientes. Podría instalar farmacias estatales a menor precio o, quizás, exigirle a ciertas mega cadenas que cumplan su rol de servicio a la comunidad, hacerlos entender que vender medicamentos va más allá de un balance o de una utilidad.
Porque que exista una farmacia en la Isla Guaitecas puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte para un compatriota que decidió entregarnos a todos un pedazo de soberanía…