Los terremotos nos sirven de algo… En un país sísmico como el nuestro, estamos acostumbrados a que se nos mueva la tierra cada cierto tiempo. Son los terremotos, las fuerzas de la naturaleza que de vez en cuando nos recuerdan lo mínimos que somos frente a algo más poderoso. Nos achican, nos vuelven a la humildad, a la necesidad de ser respetuosos y cautos ante un nuevo embate telúrico.
En política, los terremotos debieran dejar las mismas secuelas, talvez sicológicas o éticas. Esperamos que el Caso Penta ponga no sólo a la UDI, sino al sistema institucional completo, ante la certeza de que debe actuar con cautela y respeto ante algo más poderoso, como es el imperio de la Ley.
El “Imperio de la Ley” tiene esa misión llena de sabiduría, de explicarle a los poderosos o a los que se creen intocables que en cualquier momento se les mover la tierra más allá de lo que sus estructuras de años o sus privilegios puedan aguantar.
El Caso Penta es un nuevo terremoto político del cual seguimos viviendo sus réplicas. Sólo falta saber si cuando llegue la hora de reconstruir, aquellos que vieron sus propiedades en el suelo hayan aprendido, con humildad, su lección…