Por Juan Carlos “Lobo” Araneda
Mientras en el Parque O’Higgins se desarrollaba la segunda jornada de Lollapalooza Chile ante más de 60 mil personas, el Teatro Nescafé de las Artes se impregnó de valores algo distintos. Sencillez, devoción, evocación y respeto por un legado inmaculado como la etapa más querida y recordada de Genesis, en manos de uno de sus protagonistas, el gran Steve Hackett, que regresó a nuestro país con su Genesis Extended Tour.
Las puertas del recinto se abrieron a las 19:30 y recibieron a fanáticos que repletaron el teatro de calle Manuel Montt de forma rauda. La expectación era enorme por ver reencarnada una colección de piezas atesoradas desde siempre en el imaginario del progresivo en el mundo. No era menor. La ansiedad crecía en la gente hasta que Hackett subió a escena con su banda y comenzó uno de los viajes más memorables que hayamos presenciado en nuestro país.
El guitarrista se acompañó de un grupo compuesto por Roger King en los teclados, Gary O’Toole en la batería y voz, Rob Townsend en saxo, flauta, percusión y teclados, Lee Pomeroy en el bajo y Nad Sylvan en voz, quien a pesar de no contar con el tono preciso del Peter Gabriel de los 70, sí fue capaz de hacer honor al rol del cantante en esos años en lo escénico, con cambios de vestuario dedicados para ciertas secciones.
Hackett estaba en primera fila, alternando entre la contemplación instrumental de tocar sentado y el in crescendo que agarraban algunas piezas tocándolas de pie, sin parafernalia alguna. Sin virtuosismo sacado de manual ni efectos sobrantes. Lo de Hackett a la hora de tocar es precisión pura, lleno de detalles y sutilezas que no decayeron en ningún momento.
Sin duda, el punto más alto del set de más de dos horas y media de Hackett en su concierto de Genesis Revisited fue la interpretación de “Supper’s Ready”, una verdadera cumbre de composición, unas áreas completamente reconocibles y probablemente la mejor pieza de la historia del progresivo. Sus quiebres nos conmovieron y se ganó una ovación de pie, como en la mayoría de las canciones, casi sellando un show al que aún le quedaban momentos para emocionarnos.
Fue un lujo escuchar en vivo clásicos del Genesis que todos atesoramos. “Dance On A Volcano”, “Squonk”, “Dancing With The Moonlit Knight”, “The Musical Box”, “I Know What I Like ( In Your Wardrove)”, “Firth Of Fifth”, “The Knife”, y el bis de “Watcher Of The Skies” y el medley que incluía “Los Endos» completaron un cuadro perfecto en nuestros sentidos.
Steve Hackett nos recordó de manera óptima na colección de secciones y piezas que nos siguen elevando a pesar del tiempo. Y con la próxima salida de un nuevo disco solista (“Wolflight”, para fines de mes), es probable que no tengan que pasar otros 14 años para volver a verlo en Chile.