Como todo discurso, el análisis tiene varios puntos de vista… Y como todo discurso, su carga ideológica es completa. Por eso, para algunos, el mensaje de anoche de la Presidenta fue tardío o más bien reactivo ante una situación política y personal que no supo manejar. Para otros, un golpe de timón necesario que marca un fin y el comienzo de una nueva etapa institucional. Podrás encontrar líneas concretas hacia cambios que nos harán una mejor democracia, como el fin de los aportes de las empresas a la política o el aumento de las atribuciones del Servel. O, quizás, percibiste un mensaje de grandes ideas pero de pocas bajadas concretas, como se criticó era su programa de Gobierno. ¿Qué es eso de hacer cabildos o diálogos para cambiar la Constitución? ¿El portazo definitivo a la idea de una asamblea constituyente? ¿O la confirmación de que Bachelet cree en democratizar con asambleas ciudadanas el nacimiento de una nueva Carta Fundamental? Nadie sabe. Porque falta la letra chica y el trabajo parlamentario.
Pero en lo que fue clara la Presidenta es que adolecemos de Educación Cívica, una materia que fue proscrita en dictadura y que a la democracia que dejamos atrás le importó poco impartir en las salas de clases. Una Educación Cívica que forme ciudadanos integrales y comprometidos. Ciudadanos que sepan que cada derecho conlleva una responsabilidad, un deber, siendo el principal de ellos el de ir a votar por sus representantes. Sólo de esta forma podrás alegar con toda propiedad cuando las cosas –como ahora- se sientan podridas hasta los cimientos…