¿Quién para esta sangría de dinero?… Hace un par de semanas, el Ministerio de Transportes ingresó al Congreso un proyecto de ley que busca aumentar, aún más, el subsidio estatal al Transantiago. La cifra se incrementaría en 60 mil millones de pesos para los próximos tres años y en 130 mil millones para el período de 2018 al 2022. O sea, si se aprueban serían 1.350 millones de dólares de aquí al 2022, una friolera de dinero de todos los chilenos que se incrementan gracias a los fondos espejo, necesarios para contar con el respaldo de los parlamentarios de regiones.
Desde 2007, el Transantiago le ha costado 10 mil millones de dólares al país y, con esta ley, el sistema de transportes nos costaría al 2022 unos 17 mil millones de dólares. Sin una cirugía mayor, sin una política global que, por ejemplo, baje el 30% de evasión y solucione el colapso del metro, el Transantiago nos está chupando la sangre hasta dejarnos anémicos.
Y, para peor, todo este dineral es insuficiente para la Asociación de Concesionarios del Transporte Urbano de Superficie (Actus), entidad que reúne seis de las siete empresas operadoras del sistema. Según ellos, el aumento planteado por el ministerio de Transportes sólo serviría para paliar el déficit existente, pero no para mejorar el servicio.
Entonces, todo esto es un disparate similar al de tirar el dinero por la ventana y sin los resultados que los chilenos estamos esperando…