No pretendo caer en lugares comunes o en lo tedioso que puede ser analizar un disco canción por canción.
Crisálida es una banda única. Casi 20 años de lucha incansable por la música con contenido y cinco discos oficialmente editados, son pequeños detalles que marcan diferencia con el resto de las agrupaciones que conforman el paisaje rockero actual.
Pero el desafío ahora era distinto. Concebir un disco que rompiera con los estándares locales, concebir un disco manteniendo ideas y sonidos que han sido parte de Crisálida desde sus orígenes, concebir un disco de excelencia en cuanto a grabación y producción. En síntesis, concebir un disco que sonara grandioso, pesado y delicado a la vez. Concebir un disco que sonara como Crisálida, pero en un plano superior.
Surge, entonces, el nombre de Daniel Cardoso, productor musical, compositor, multiinstrumentista, baterista de Anathema y responsable del sonido del sonido que Crisálida logró con “Terra Ancestral”. Primero fue a través de correos electrónicos, envíos de maquetas, horas de audición de ese material y cuando ya había una sintonía musical entre las partes, la petición formal para que asumiera la producción general del nuevo trabajo.
Pero faltaba un detalle. Para completar esa sintonía, Daniel Cardozo permaneció 11 días en Santiago, 10 de ellos supervisando la grabación durante el último verano. Después regresó a Europa y desde allá continuó con la edición, mezcla y masterización.
Y el producto final es «Terra Ancestral»: la idea más ambiciosa; el proyecto más colosal que, incluso, podría haber sido un disco doble conceptual (ideas no les faltan e inspiración menos); una señal de que la banda quería vestir de largo; una señal de que Crisálida pertenece a otro universo pero con domicilio musical establecido; ir hacia adelante, enfrentar las adversidades y gritar victoria, en un ejercicio constante de autosuperación. Así encara cada nueva gestación musical esta banda que hoy integran Cinthia Santibáñez (voz), Rodrigo Sánchez (batería), Damián Agurto (guitarra) y Braulio Aspe (bajo).
Siete canciones cuidadosamente trabajadas, hechas con amor y pasión por la tierra, sus raíces, los antepasados, las luchas reivindicatorias y un grito desgarrador de justicia. Un sello que Crisálida ha sabido asimilar y hacer propio con el paso de los años. La mano de Daniel Cardozo nos muestra que es posible, por ejemplo, entregar un mensaje en lengua materna y lograr un sonido internacional. Que cada cual saque sus conclusiones a qué suena esta quinta entrega.
Si hablamos de músicos y música concebida en un contexto ciento por ciento profesional, Crisálida es una referencia clara y un ejemplo a seguir para nuevas generaciones de músicos que todavía buscan su espacio en esta poblada jungla de sonidos y estilos diversos. Y aunque Chile se los pierde, porque hay que decirlo, la propuesta que desarrollan muchas veces ha sido ignorada (con contadas excepciones), sí hay un puñado fiel de seguidores que siempre están ahí, que compran su música, que asisten a sus shows y difunden, de boca en boca, su música.
Eso, a la larga, se agradece y ayuda, en parte, a compensar el peregrinaje, muchas veces estéril, por sellos y medios de comunicación que la banda conoce de sobra (reitero, con contadas excepciones).
¿Qué duda cabe? «Terra Ancestral» es «la obra» más elaborada concebida por Crisálida en 18 años de existencia. «Cabo de hornos», «Morir Aquí» (primer sencillo, que también incluye un excelente y bien trabajado videoclip), «Bosque Triste», «HidroMachi», «Lágrimas Negras», «Kawesqar» y «Violeta Gris» darán qué hablar. Desde ayer que el disco está disponible través del sitio de la banda, en formato digital y también en vinilo (ingresa a www.crisálida.cl para ver las distintas opciones).
También lo podrás encontrar en las plataformas digitales Amazon, CDBaby, ITunes, Googleplay, Portaldisc y Sazoot.
Este es el momento de Crisálida. El gran paso que siempre esperaron y por el cual todo sacrificio vale la pena. En el nombre de la música con contenido y el arte llevado a otros niveles, “Terra Ancestral” ya es una realidad.
Felicitaciones por el quinto hijo.