El debut de Colo Colo en Pedreros ocurrió mucho antes de lo que muchos piensan. En la memoria de miles de hinchas colocolinos, su estadio se inauguró en 1989 con un triunfo 2 a 1 ante Peñarol. Pero muchísimo antes de ese amistoso se jugaron partidos oficiales en la cancha de Macul.
La obra gruesa del recinto comenzó a erigirse en 1958; dos años antes la dirigencia alba encabezada por Antonio Labán había comprado una chacra de 28 hectáreas en Vicuña Mackenna con Departamental -entonces límite sur de Santiago- con los recursos obtenidos por la venta del viejo Estadio de Carabineros. Pero siempre faltó plata para las titánicas faenas de excavación y los trabajos avanzaron a tropezones. El diseño original proyectaba la construcción de un coliseo para 120.000 espectadores.
En 1975 Colo Colo cumpliría medio siglo de vida; desde que asumió en 1969, el sueño del nuevo presidente Héctor “Aladino” Gálvez era celebrarlo con su casa propia. Y así ocurrió. De hecho, el “Estadio de Colo Colo” -no se le llamaba Monumental entonces- fue preinaugurado en 1974 con partidos extraoficiales.
Y el 20 de abril del ‘75, ante unos 40 mil espectadores (25.149 controlados), el Cacique estrenó “de manera oficial y definitiva” su nuevo hogar con un partido ante Aviación por la 1a fecha del torneo nacional. Antes de ese cotejo, tuvo lugar una ceremonia bien ad-hoc a esos tiempos: tocaron una banda de guerra y “un conjunto de música araucana”, desfilaron cientos de uniformados y un paracaidista de la Fach aterrizó en el círculo central.
También hubo un discurso del propio Gálvez, que casi nadie escuchó pues no había sistema de altoparlantes. Lo que sí escandalizó a la prensa fue que, en su alocución, “Aladino” no se molestara siquiera en mencionar el nombre de Labán, artífice del proyecto. Según dijo el presidente albo, a partir de ese día Colo Colo jugaría todos sus partidos de local en esa cancha.
“La ceremonia careció de la solemnidad que debe caracterizar a los actos importantes. Trasuntó escasa capacidad de organización”, evaluó revista Estadio.
Lo que vino no fue mucho mejor. El partido fue mediocre, fiel reflejo de la brutal crisis futbolística que los albos atravesaron durante buena parte de los años setenta. Gracias a una asfixiante marca al hombre, durante los 90 minutos los aviadores maniataron a los albos. Lo único rescatable de un espectáculo “descolorido”, dijo la prensa, fue el resultado: triunfo por 1 a 0 gracias a un gol de Juan Carlos Orellana. El “zurdo de Barrancas”, legendario por su temible zurda, se convertía así en el primer jugador colocolino en marcar un tanto oficial en Pedreros. En la foto de arriba lo vemos celebrando.
“No estuvo el partido con Aviación a la altura de la fiesta, pero quedó inscrita la fecha en los hitos históricos no sólo del popular club, sino del fútbol”, editorializó Estadio.
El partido fue tan malo que durante el segundo tiempo la fanaticada olvidó la fiesta, se unió en una ensordecedora rechifla y coreó el nombre de Elson Beiruth, héroe del subcampeonato de la Libertadores del ‘73. Recién asumido como DT del Santiago Morning, el viejo crack brasileño también había sido parte de la inauguración del estadio.
¿Cómo así? Muy sencillo: antes del triunfo de Colo Colo -y antes incluso de la ceremonia inaugural- se había jugado en esa cancha nuevecita un preliminar. El “Chago”, con Beyruth en la banca, había empatado a uno con Santiago Wanderers. El primer gol oficial marcado en Pedreros, entonces, fue la apertura de la cuenta de ese partido, marcado por el delantero porteño Álvarez. Y ese, claro, fue el primer partido oficial de la historia jugado en el que hoy conocemos como Estadio Monumental David Arellano.
Fotos: revista Estadio.
