Aunque el Alzheimer es una de las enfermedades degenerativas contra las que aún no hay remedio, los científicos han dado con algo contra lo que este mal no puede hacer mucho: los recuerdos musicales. Desde hace un tiempo se sabía que algunos pacientes, aunque no puedan recordar dónde viven, o su propio nombre, sí reconocen canciones de su infancia o juventud, incluso recordando la letra.
Una investigación del Instituto Max Planck de Neurociencia y Cognición Humana de Leipzig, Alemania, dio nuevas luces sobre este fenómeno, y concluyó que se da porque la música es “archivada” en lugares físicos del cerebro diferentes que el resto de los recuerdos.
En el lóbulo temporal (de la sien a la zona posterior del oído) están los recuerdos musicales, nuestra “discoteca” completa. En realidad, la tarea musical del cerebro pasa por dos áreas distintas: una cuando escuchamos y otra cuando “archivamos”. El reciente estudio, mediante experimentos con resonancias magnéticas, determinó que las zonas son distintas no sólo para la tarea, sino también en el almacenamiento.
La zona donde están los recuerdos musicales no se ve muy afectada por el avance del alzheimer. Nadie sabe aún por qué, pero es así. Eso abre la puerta a hipótesis de que algunas partes del cerebro pueden empezar a operar en lugar de otras, como eventuales curas a los efectos de este mal.
“Al menos, los aspectos cruciales de la memoria musical son procesados en áreas cerebrales que no son las que habitualmente se asocian con la memoria episódica, la semántica o la autobiográfica”, afirmó el neurocientífico y coautor del estudio, Jörn-Henrik Jacobsen, en declaraciones a la revista Brain.