Está interesante esta polémica… y es la que instaló en redes sociales luego de que el sociólogo Fernando Villegas le dijera a Carmen Gloria Quintana, quemada por una patrulla militar en dictadura y cuyos culpables mantienen un pacto de silencio, que su caso ya no tendría solución: “Yo te diría que pasó la vieja nomás. Hoy el país está en otra”, sentenció Villegas en el programa televisivo Tolerancia Cero.
Y como para algunos la brutalidad es un negocio rentable, Villegas cumplió con su objetivo de llamar la atención de miles de telespectadores que lo despedazaron en internet. Incluso, la sucursal ñuñoína de la librería “Qué Leo” anunció que sacaría de sus vitrinas los libros del “pensador” de Chilevisión y de la radio Agricultura.
¿Resulta correcto que una librería reaccione de esta forma ante una opinión por más deleznable que parezca? Y aquí, creo que en su legítimo derecho a decidir qué venden o no, los de “Qué Leo” cometen un error de fondo y le hacen un flaco favor al nombre de su cadena de librerías. Porque el ciudadano, en el ejercicio del conocimiento para la cual están hechas estas tiendas más allá de la comercial venta de libros, es el soberano para elegir su lectura. Sólo así se explica la existencia de textos escritos por dictadores y asesinos que pululan por las librerías del mundo. Y pensamientos como el de este intelectual que estima que para el advenimiento de la justicia y la moral de un pueblo, hay un tiempo acotado…