Empresa privada… Somos una generación, los que tenemos entre 35 y 50 años, que creció con la idea de que el Estado era un pésimo empresario, de que la productividad del país tenía que estar en las manos únicas de los privados, de los empresarios.
Y, claro, Chile ha tenido empresarios de prestigio, visionarios que incluso llegaron de otros continentes a levantar este país, a ver progreso donde otros no veían nada. Pero, además, tuvo un Estado capaz de impulsar la industria donde ningún privado se atrevió o le importó.
Somos una generación, te decía, que aprendió que el Estado no servía para nada, que era una bolsa de trabajo para flojos, mediocres y apitutados. Eso nos cantaban una y otra vez en dictadura y aquella visión se consolidó en los gobiernos de la Concertación.
Como el Estado no servía para nada, sus empresas fueron saqueadas en dictadura, pasadas al mejor postor ideológico, al amigo, al yanacona, al interesado, al yerno… Chilectra fue una de las empresas que fue privatizada pese a que por ley, había pasado al poder de todos los chilenos en agosto de 1970 como la Compañía Chilena de Electricidad. Pero como el Estado, decían en dictadura, era inepto, formó parte de ENERSIS a partir de 1987.
Bueno, en la peor sequía que se tenga memoria, llovió sólo un día con alguna intensidad –la mitad de lo que se tenía previsto hace una semana- y sólo en la Región Metropolitana 107 mil hogares llegaron a estar sin luz.
Es más, según la propia Chilectra, un 30% de las llamadas de sus clientes no pudieron ser respondidas durante la jornada lluviosa de ayer. Todavía quedan más de 4 mil hogares sin suministro, hogares que pagan sus cuentas y que cuando fallan se les castiga con el corte y luego, con una multa de reposición. Cosas de un mercado que nos hizo creer que el Estado –ante la empresa privada- era un torpe incompetente…