Vaya que nos cuesta hablar de este tema… y es la realidad del aborto en Chile y la mejor forma que debiéramos tener en el país para enfrentarlo. El aborto existe, se practica y se hace en grandes cantidades. Las mujeres pobres y las mujeres ricas lo hacen. Las primeras, arriesgando cárcel e integridad en recintos clandestinos. Las segundas, según la confesión que le costó el puesto a la anterior ministra de Salud, en lugares hospitalarios más acomodados.
Ahora, el debate se centra en legalizarlo o no en caso de violación. Y, aquí, el presidente del Colegio Médico, Enrique Paris, cree que los profesionales de la salud deben denunciar un caso de violación cuando examinen a una paciente. Es de esperar que los procedimientos para las víctimas de una violación, en gran parte menores de edad y atacadas por su entorno cercano, no tengan que caer ante indicaciones que las van a hacer pasar por otro trance emocional, por un segundo trauma. Indicaciones muchas veces afiebradas por una moral que se quiere imponer, por una mirada que no pone el foco en las verdaderas víctimas de todo este proceso, sino en pensamientos ligados a doctrinas o creencias que no todos tenemos la obligación de seguir…