En los últimos meses, Jorge González está instalado de forma definitiva en Santiago tras el infarto cerebral que sufrió en febrero de este año.
Según el diario La Tercera, el líder de Los Prisioneros sigue en riesgo vital y haciendo rehabilitación tras un problema de salud que se había gatillado siete meses antes del infarto mismo, mientras vivía en Berlín. Tras el accidente cerebrovascular, los médicos especialistas le dieron una expectativa de seis meses de vida.
El hecho de seguir el tratamiento al pie de la letra le ha permitido extender sus expectativas de vida, instalado en una casa en La Reina con su familia, montando un estudio y con la remota posibilidad de subirse al escenario para tocar dos o tres canciones en un eventual evento homenaje en un lugar de alta convocatoria que se podría realizar el viernes 27 de noviembre.