Alan Powdrill, fotógrafo británico, llevó a cabo el proyecto «Covered», donde cubre y desnuda a varias personas con tatuajes de considerables proporciones y muy distintos entre sí.
Varias de las personas que posaron para el proyecto tienen su cuerpo casi completamente tatuado, pero pasan desapercibidos con ropa habitual.
Revisa algunos testimonios y fotos a continuación…
Graham, 68 años: «Comencé con esto a los 51 años. Mi padre ya estaba muerto y mi madre no dijo nada, ya que empezaba a sufrir demencia”.
Bill, 59 años: «Me encanta el hecho de ser una persona madura, tener un trabajo serio, estar rodeado de gente decente y tener en el pecho puesto ‘No Fucking Way'».
Kimmy, 29 años: «Mis tatuajes favoritos son los de Kiss. El dolor fue tremendo, pero da una satisfacción tremenda a mi devoción por la banda».
Alex, 49 años: «Mi madre no estaba muy contenta con esto. Y yo le dije, ‘oye, no es que le esté haciendo a la heroína'»
Izzy, 48 años: «Me encanta ser diferente, y cada día me preguntan por esto. Los buenos tatuajes no son baratos. Y los baratos no son nada buenos».
Victoria, 37 años: “Mis tatuajes son parte de quien soy, y siempre me gustarán, ahora y cuando tenga 80 años. De eso trata el amor por mi apariencia”.
Lilliana, 23 años: “No creo que cambie de opinión sobre mis tatuajes, dudo que lo lamente a pesar de mi edad”.
Ness, 48 años: «Me encanta que vayan cambiando al igual que mi cuerpo. Pararé recién cuando no tenga ningún espacio bajo el cuello».
Stefano, 33 años: «Me encanta cada pulgada de mi piel, especialmente mi espalda, porque esperé 17 años para que se completara lo que tengo ahora».
Matthew, 48 años: «Los tatuajes son una expresión del viaje de mi vida. A medida que envejezco, cambian su forma. Vuelvan a preguntarme en 30 años».