Esta es una curiosa mirada para entender el último escándalo de colusión… Y es la que entrega, en una carta enviada a El Mercurio, el ex presidente y senador designado de Renovación Nacional, Carlos Larraín. Para Larraín, el dueño de la CMPC, Eliodoro Matte, tuvo “la decencia y la humildad” para pedir disculpas por “conductas ajenas” que habrían tomado sus ejecutivos en la llamada “colusión del confort” que por diez años protagonizó una de las filiales de la empresa que le pertenece.
Para Carlos Larraín, Eliodoro Matte es una víctima de, dijo, “todos los puritanos y algunos picados pidiendo la hoguera y a la izquierda alborozada allegando leña». Además, culpó al Estado de ser el real abusador de la ciudadanía y no el sector privado atacado por la izquierda que quiere “aprisionar a Chile”.
Al parecer, la autocrítica acá no tiene cabida. La visión de Carlos Larraín es curiosa porque en su defensa ciega pierde de vista lo que todo empresario realmente debiera salvaguardar. Y eso es, que quienes creen en el libre mercado y en la iniciativa privada sean los primeros en determinar que las víctimas están del lado de los que realmente son engañados por la colusión y su corruptela. Es decir, los empresarios que velan por la honestidad y la ética de sus negocios y los propios ciudadanos…