Por Jorge I. Lagás
Con una formación de lujo llega Testament a Chile: Chuck Billy (voz), Alex Skolnick y Eric Peterson (guitarras), Gene Hoglan (batería) y Steve DiGiorgio (bajo), un combo de ases que estará presentándose este miércoles 25 de noviembre en el Teatro Caupolicán. Nada menos que junto a Cannibal Corpse, una de las bandas más importantes del metal mundial. Estarán también los nacionales Dorso, Cerberus y All Tomorrows, para completar el festín rompecuellos (entradas por Ticketek). Mientras elongamos para esa jornada, hablamos con Eric Peterson, fundador y uno de los dos únicos miembros estables en todas las etapas de Testament, quien nos contó sobre el presente, pasado y futuro de estos titanes del thrash:
Eric, ¿cómo están con este regreso a Chile? ¿Recuerdan las últimas veces acá?
Por supuesto. En Chile, el último show que hicimos fue con Anthrax y fue algo mágico. Una de esas jornadas en que dices ‘wow, este sí que fue un buen show’ (risas). Así que estamos bien prendidos, Chile es uno de nuestros lugares favoritos del mundo para tocar, así que lo esperamos con ansias.
Esa vez fue con Anthrax, ahora será con Cannibal Corpse, un desafío más brutal.
Sí, es una buena pegada. Ellos son más death metal y nosotros más thrash metal, pero bueno, al final todos los estilos vienen de la misma raíz, evolucionaron a partir de la New Wave Of British Heavy Metal: el thrash, el death, el black… quizá el black es de antes del thrash, incluso. El black metal viene de lo que hicieron bandas como Angel Witch, Mercyful Fate, Venom, todas ellas influencieron la escena thrash, también. Así que bueno, cualquier banda que venga de ahí se complementa bien con nosotros. Será nuestra primera vez girando con Cannibal Corpse, se viene bueno.
Están preparando ya un nuevo disco, sucesor de ‘Dark roots of earth’ (2012). ¿Cómo se viene?
Musicalmente, será bastante único. Le he mostrado avances a algunas personas y me dicen que “tocaron una tecla diferente esta vez. Es thrash metal, pero no lo mismo de antes, tiene una nueva energía”. Es gente que sé que no me va a besar el trasero porque sí, por eso los hago criticar mi trabajo. Y los veo bien entusiasmados, especialmente por las últimas canciones que les he mandado. Una palabra para describirlo sería “estimulantemente único”.
¿Van a adelantar algo de lo nuevo en el show en Chile?
No, creo que el show va a ser más de celebrar a Testament, lo que hacemos, lo que somos. Tocar las canciones que la gente conoce bien, con las que han crecido, la idea es que sea como cuando escuchas algo y te transporta en el tiempo, yo por lo menos hago eso cuando voy a un concierto. Empieza una canción y digo “wow, me acuerdo de eso”… es un buen sentimiento cuando vas a conciertos.
Y bueno, ¿qué se puede decir entonces del setlist?
Creo que llevamos un buen set. No vamos a satisfacer a todo el mundo, por supuesto, pero creo que el 99 por ciento quedará satisfecho. Incluiremos canciones antiguas, canciones de los 90, canciones más recientes… a estas alturas de la carrera, es difícil armar un repertorio, con tanto donde elegir. Por una parte, hay algunas canciones ineludibles, pero trataremos de incluir cosas nuevas, cosas que no hemos tocado antes.
Ya que estamos en esa, un poco de historia: Testament es de las pocas bandas thrash que sobrevivieron en los 90, cuando se llegó a un callejón sin salida para el género y la mayoría de los grupos tuvieron que cambiar su estilo (los grandes como Metallica, Megadeth, Anthrax, etc.) o derechamente separarse (casi todos los que no eran grandes). Pero ustedes fueron contra la corriente y se pusieron aún más pesados con discos como ‘Low’ y ‘Demonic’. ¿Sientes que eso les dio más credibilidad?
Hicimos material bastante heavy. Eso nos ayudó a resurgir del hoyo en que estábamos cayendo a principios de los 90. Y volvimos más fuertes. No tanto desde el punto de vista comercial, pero recuperamos nuestras raíces, nos pusimos en contacto con el death y el black metal, manteniendo la esencia thrash. Casi con estos ingredientes en dosis iguales. Sobre todo en ‘Demonic’. Ese álbum, aunque no sonó en la radio ni nada, nos dio mucho respeto entre los verdaderos metalheads.
Cuando se fue Alex Skolnick a principios de esa década fue un punto de inflexión en ese proceso, ¿no?
Cuando Alex se fue de la banda en ese entonces, yo miraba las caras de todos. Y Louie (Clemente, ex baterista) se veía muy preocupado (risas), Chuck se mostraba más empático y entendía la decisión de Alex. Pero yo, en mi interior, decía: “Cool, puedo ponerme heavy ahora (risas). Ya no tengo que estar más contenido ni comprometido con otras cosas”. Fue por eso que Alex se alejó, ya no quería tocar metal, quería tocar jazz, otras cosas. Llevábamos mucho tiempo en giras, habíamos tenido nuestro contrato a los 18 años y todo nos tocó siendo muy jóvenes, así que es natural que alguien pudiera sentirse “fundido” a esas alturas.
Es verdad, lo de la edad no es un factor menor. ¿Cómo lidiaban con ser un grupo en la cresta de la ola del thrash, siendo que con suerte uno sabe dónde está parado antes de los 20 años?
Simplemente hicimos un disco, Anthrax nos llevó de gira, y desde entonces nunca miramos para atrás. Hicimos más giras, vimos como muchas otras bandas se separaban, y fuimos el único grupo que mantuvo la misma formación desde 1987 a 1993 sin parar en ningún momento. De alguna manera, es como cuando te casas joven. Crees que va a funcionar para siempre, pero no. Había muchas personalidades diferentes en la banda. Tuvimos que superar las diferencias, adaptarnos un poco y nuestra respuesta fue ponernos más heavy en la siguiente etapa. Al principio era fácil, todos queríamos hacer lo mismo, sabíamos qué hacer, Alex y yo éramos los compositores principales y se dio algo bastante cool. Él era muy correcto y yo era como… no sé… alguien malo (risas).
¿Era tu papel ser “el malo” del asunto?
Musicalmente, puede ser. Mi influencia venía de guitarristas rítmicos, como James Hetfield y Tony Iommi, muy riffero, más que un shredder. Y Alex era algo diferente. Un buen complemento. Nos aventuramos con algo más “rock” en la época de ‘The ritual’ (1992). Un buen disco, uno de los que mejores suena con esa formación. Pero perdimos el camino con el thrash.
¿Nunca se vieron tentados a pasarse al lado “alternativo”?
Cuando salió ‘Low’, leímos una de nuestras revistas favoritas y la revisión del disco le daba un solo punto. Yo pensaba “¿qué diablos? De verdad no les gustó nada”. Mirando lo que pasaba alrededor, todo a nuestro alrededor se iba poniendo “alternativo”. Y nosotros nos volvimos la verdadera alternativa, porque sonábamos distinto a lo que estaba haciendo todo el mundo. Una canción como ‘Dog faced gods’ (de ‘Low’, 1994, una de las más agresivas de su repertorio), después de una como ‘Electric crown’ (de ‘The ritual’, 1992, una de las más melódicas y accesibles) fue una jugada arriesgada. Pero funciona bien. Metallica puede tocar ‘Metal militia’ y después ‘Nothing else matters’. Algo así haremos en Chile, tocamos cosas de diversas eras de Testament.
Varios grupos han grabado registros en vivo en Chile, como Iron Maiden, Motörhead, Anthrax, Accept… ya que a ustedes les ha ido bien por acá, ¿no han pensado inmortalizar algo así?
Oh, sí. Creo que Chile será nuestra elección. Evaluaremos estos shows y cuando saquemos el nuevo disco, haremos el tour correspondiente y probablemente tomemos algunos shows en Sudamérica para hacer un DVD. ¡Los estaremos mirando!
ENTRADAS
Hasta este martes 24 de noviembre, a $27.000 en puntos habilitados Ticketek (Falabella y Cine Hoyts), sin recargo en tienda The Knife (Eurocentro).
El mismo día, a $29.000 en puerta.
Revisa las invitaciones de las bandas y los horarios a continuación. Todo parte a las 19 horas con los nacionales Cerberus, presentando su excelente nuevo disco ‘Agony of damnation’. Recomendamos llegar temprano:
