MALDITO ROCK AND ROLL

RESEÑA // Pearl Jam: clásicos de verdad

La banda coronó su lazo con Chile en el Estadio Nacional.

La banda coronó su lazo con Chile en el Estadio Nacional.

Por Héctor Muñoz Tapia
Fotos: Lotus Producciones

La relación de Pearl Jam con su público en Chile es intensa. Desde esa ya lejana primera vez, con dos shows en noviembre de 2005, el show se  sintió como un triunfo para toda la generación que se crió con ellos. Seis años después, festejando sus 2 décadas, echaron abajo el Estadio Monumental. Y en abril de 2013, generaron postales eternas cerrando primera jornada de Lollapalooza Chile. Pero faltaba un lugar para renovar votos con la banda de Eddie Vedder: la cancha del Estadio nacional.

Y fueron 60 mil personas las que llegaron y llenaron el recinto de Ñuñoa para el quinto concierto de la banda, el primero de su gira latinoamericana mostrando “Lightning Bolt” y asumiendo plenitud y madurez desde antes de comenzar la cita. Con Pearl Jam no hay parafernalia especial. Es rock directo, pulcro, con un gusto creciente por los matices y preocupación por el público.

A las 21:08, la banda da arranque a su primer show de largaduración de 2015 y prefieren tomarse las cosas con calma. “Pendulum” y “Release” emocionan a todos, tal como la primera vez, dando paso a “Nothingman” y a una “Go” que subió las revoluciones tras un arranque de calma. Pearl Jam da muestras de habilidad para integrar la fresca “Mind Your Manners” con la clásica “Corduroy”, de “Lightning Bolt” a “Even Flow” y una labor impecable a cargo de Mike McCready y su Fender Stratocaster liderando una extensión memorable. Y, por supuesto, el maestro de ceremonias, Eddie Vedder, con una botella de vino siempre cerca, hablando en español, felicitándonos por la Copa América y sumándose al viral del “manjar” alabando su brebaje favorito “para chuparse los dedos”.

En su cuarta visita, Pearl Jam muestra credenciales indiscutidas de banda clásica. En la cancha, gente que los vio hace ya una década convivía con jóvenes que los disfrutaban por primera vez. Los que dedicaron “Sirens” junto a los que “Light Years” les rememora un capítulo de sus vidas. El mensaje se hace universal mientras avanzan los minutos y presenciamos “Daughter”, “Severed Hand”, la sorpresa de “In Hiding”, la preciosa “Given To Fly”, la urgencia de “Got Some” y uno de los puntos altos con “Reaviewmirror” y la primera pausa de uan maratónica noche.

Es Vedder el que retoma el pulso de calma en el set de Pearl jam con “Just Breathe” y dos momentos para enmarcar de la mano de dos clásicos del rock, “Mother” de Pink Floyd e “Imagine” de John Lennon, que iluminó el recinto completo con luces de celulares. La vibra se mantuvo con la infaltable “Black”, y nuevamente se puso el pie en el acelerador para tres cortes intensos, “Why Go”, “Do The Evolution” y “Porch”. ¿El cierre? Falta todavía.

El segundo bis dejó el blanco y negro de las pantallas y pasó a un color definido de la mano de “State Of Love And Trust”, el coro total de “Better Man”, la redención de “Alive” y el siempre presente guiño a uno de los faros de Pearl Jam, Neil Young, con “Rockin’ In The Freeworld” y todas las luces del estadio encendidas.

Se veían muchas sonrisas en la cancha y en las tribunas del Nacional con los focos en su máxima potencia. Una reunión de amigos que selló, como siempre, con “Yellow Ledbetter” y varios brindis y buenos deseos. Porque Pearl Jam ya tiene su familia en Chile y se sienten en casa.


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