Al momento de fallecer, el pasado lunes 28 de diciembre, Lemmy Kilmister contaba con una corta expectativa de vida al momento de fallecer.
«Supimos el sábado que tenía cáncer y el doctor le dijo que tenía entre dos y seis meses más», contó el manager de Motörhead, Todd Singerman, respecto al diagnóstico, luego de descubrir tumores de carácter avanzado en su cerebro y cuello.
A pesar de varios problemas de salud experimentados por Lemmy en los últimos meses, nadie esperaba aquellas noticias. «Fue lo último que pensamos que Lemmy podría tener. Hay que tener en cuenta que él visitó varios doctores y hospitales alrededor del mundo y nadie sospechó de eso. Este hombre vivió cada día y sin descanso. Es la última verdadera estrella del rock en irse», agrega Singerman sobre el recordado líder de Motörhead.