Acá, hemos dado un tremendo paso pero hacia atrás… Los sucesos delictuales de este domingo en el Estadio Elías Figueroa, de Valparaíso, fueron el mejor símbolo del estado de completa podredumbre en que se encuentra el fútbol chileno. La corruptela no está sólo presente en las oficinas dirigenciales sino también en las hordas de desadaptados que se organizan en barras bravas y que a punta de armas de fuego y estoques asaltaron la cancha donde Colo Colo se debía coronar campeón.
Se tomaron una veintena de detenidos ante el estupor de la opinión pública, pero todos fueron dejados en libertad hace un par de horas. Y en medio del delirio informativo, los periodistas del sector pidieron a gritos la salida del jefe de Estadio Seguro, que es lo mismo que querer vender el sillón de don Otto en vez de atacar la raíz de todo: dirigentes coludidos con las barras, dirigentes más bien preocupados por lo que pasa en Estados Unidos, dirigentes que no aplican una ley laxa que favorece lo más millonario de su negocio, el que está en las pantallas de televisión y no en los estadios.
Y ante el arrebato, el Gobierno da este gran paso atrás y ordena en regreso de Carabineros a los recintos deportivos. En vez de endurecer penas para delincuentes, en vez de exigir medidas verdaderas para realizar espectáculos masivos y de alto ingreso de dinero, como es el fútbol. Seguiremos financiando a estos dirigentes que no han sabido cumplir su tarea y cuyo principal líder está siendo sometido a proceso por coimero. Seguiremos dando dinero a un negocio suculento, como lo hicimos haciendo estadios y entregando fondos fiscales pese a que aún hay varios de esos millones cuyo destino se desconoce…