La semana comenzó con la impactante noticia de la muerte de David Bowie, con 69 años recién cumplidos el pasado viernes, mismo día en que lanzó el disco «Blackstar», tras una batalla de 18 meses contra el cáncer.
Según cuenta Ivon van Hove, director del musical «Lazarus», en el cual el músico trabajó durante los últimos meses de su vida, Bowie le confesó que tenía cáncer al hígado, y que no siempre estaría disponible para estar ahí debido a su enfermedad: «Me dijo que tenía cáncer, cáncer de hígado, hace un año atrás. Sospecho que los músicos con los que grabó «Blackstar» tampoco lo sabían. Él hizo todo lo que pudo para completar los dos proyectos a la vez, sin dejar que la enfermedad lo venciera».
Van Hove añade que durante los ensayos para el música, Bowie estaba muy frágil físicamente, pero no mentalmente. «Se podría decir que todavía seguía escribiendo en su lecho de muerte. Luchó y continuó trabajando como un león durante todo este periodo. Tengo un respeto tremendo por ello».
El director estuvo con Bowie por última vez el pasado lunes 07 de diciembre, en el estreno de «Lazarus»: “Los periódicos escribieron que se le veía muy bien, en salud. Pero en cuando nos fuimos, se desplomó en el suelo. Fue entonces cuando entendí que quizás era la última vez que le veía”.
Además, la escritora Wendy Leigh, quien publicó una biografía sobre Bowie en 2014, reveló que el músico sufrió una serie de infartos antes de su muerte: «No sólo batalló contra el cáncer, él tuvo seis ataques al corazón en los últimos años. Esto lo sé por alguien muy cercano a él».