Editorial de Freddy Stock, miércoles 16 de febrero.
El Audi de Camila… era un chismorreo de redes sociales, de baja estofa, del cahuín al servicio del desprestigio. Decía que la diputada del PC, Camila Vallejo, se había comprado un Audi algo que ella se vio en la necesidad de desmentir. Más allá de las libertades que debiera tener cada cual con el dinero que gana con su trabajo, sea en la empresa privada o el servicio público, es curioso –a estas alturas- lo que despierta la figura de la ex líder estudiantil. Desde el chiste grueso sufrido en el Festival de Viña, a ataques como éstos hechos por manos oscuras, torpes y cobardes.
Estamos en un momento del país donde las transformaciones nos han hecho poner temas de relevancia en la mesa. Por primera vez, el campo de las ideas se ha nutrido con temas antes vedados, como reformas estructurales o valóricas. Pero, también, el intercambio de opiniones y de miradas se ha visto atacado por conventilleos de baja estofa que persiguen enlodar en vez de construir. Y ante esto, y en beneficio de la democratización que encierra el manejo de las redes sociales, bien valdría la pena condenar a aquellos que no entienden de responsabilidades o no les queda bien el uso del criterio…