La esperanza y el estupor… dos caras de la misma humanidad sacudieron emociones hoy en el planeta. La primera, la de la esperanza y el entendimiento, fue protagonizada por Estados Unidos y Cuba allá en La Habana, un frente a frente entre dos maneras de ver el mundo que durante más de medio siglo fueron irreconciliables. Para el Presidente Barack Obama, su apretón de manos con Raúl Castro ponía fin definitivo a la Guerra Fría, al muro ideológico que dividió en dos al planeta y que lo tuvo al borde del colapso nuclear.
Pero donde algo termina, otro peligro comienza. La irracionalidad estalló en Bélgica, como antes lo hizo en España, Inglaterra o Francia. Bombas suicidas de un nuevo odio que habrá que saber explicar, un odio que se debe entender desde su origen para no sólo buscar culpables, sino soluciones de convivencia a largo plazo…