Por Jorge I. Lagás
El miércoles 4 de mayo ocurrirá en Santiago un debut muy esperado por los seguidores de la música de vanguardia, los italianos Premiata Forneria Marconi estarán presentándose por primera vez en nuestro país con un concierto en el Teatro Corpartes de Las Condes, que tiene entradas a la venta por el sistema Puntoticket.
Nos comunicamos entonces con Italia, para hablar con el fundador y miembro más antiguo del grupo, el baterista y cantante Franz Di Cioccio, quien nos atendió feliz de la vida: “Estoy muy muy feliz, ya quiero estar ahí, me gusta mucho esa parte del mundo, créanme que estoy como un niño que descubre Disneylandia o algo así”.
¿Sabías que por acá tienes un buen contingente humano que los ha esperado por años?
Sé que hay gente que nos ha esperado por muchos años, por eso hemos querido aprovechar esta oportunidad única y maravillosa para finalmente llegar a Chile. Y hemos juntado todas estas ganas.
Se nos viene el show entonces. ¿Qué se puede esperar, para ir preparando el espíritu?
Tienen que esperar un show de primera, estamos en este momento tocando pero como bestia, venimos de hacer conciertos en Italia, en Los Angeles, en Nueva York, en Canadá, todos salieron muy bien y tuvimos comentarios superlativos de todos ellos.
¿Y en cuanto al material? Adelántanos qué tocarán, amigo, por favor.
Es como una especie de viaje por todos los álbumes de PFM, desde el primero hasta el último. Quizás la gente en Chile no sabe que nuestro último disco es “PFM in Classic – De Mozart a Celebration”, eso es lo bueno, tocar música que no esperas. Hay harto de improvisación también, harto jameo. Amo esta banda que tenemos ahora, porque es muy poderosa para todas esas cosas.
PFM hizo historia en la música de vanguardia proveniente de Italia, al ser de los primeros. ¿Cómo es que ustedes llegaron a tocar esta música cuando prácticamente nadie más la hacía?
Todos comenzamos siendo músicos de sesión para otros artistas de Italia, muchos de ellos llegaron a ser muy famosos. Y nosotros les hacíamos la música. Cuando nos juntamos, nuestro nombre era I Quelli (“Ellos”, en español) y tocábamos principalmente covers de canciones inglesas o estadounidenses.
¿Y entonces qué pasó?
No sé por qué, pero cuando tocábamos para otros, a los discos les iba muy bien, y cuando hacíamos los nuestros, no podíamos decir lo mismo. Así que decidimos cambiar y hacer algo más cercano a nuestras capacidades, para crear, interpretar y arreglar música. Cambiamos de nombre y nos pusimos uno muy raro para la época, uno bien largo, que significaba “La premiada panadería de Marconi”.
No sólo el nombre era largo, ¿en las canciones tampoco les importaba la duración?
Hacemos música sólo por el placer de hacer música, así que no nos quedamos en canciones cortas, como todos hacían en ese tiempo, y sacamos canciones largas, de más de 15 minutos, con harta improvisación. A la gente le encantaba eso en los conciertos. Para entonces ya nos hacíamos llamar PFM, que es la sigla para Premiata Forneria Marconi.
Con ese amor por la música, imagino que querían meter muchas influencias en una sola juguera sonora.
Decidimos tocar esta música porque en ella podemos encontrar fundidos una serie de géneros: el jazz, la influencia clásica, la música popular italiana, como el tarantello, lo meditarráneo… y por supuesto el rock and roll, porque yo era fanático de Led Zeppelin, Vanilla Fudge, The Beatles, The Rolling Stones. Crecimos con esas bandas.
Y les fue bien, por lo visto.
Sacamos esta mezcla de diferentes lenguajes musicales y de alguna manera definimos nuestro propio estilo. Así editamos el primer álbum, que se encumbró en los charts, fue la primera vez en Italia que una banda entró directo a la cima de los charts.
Felicitaciones por eso, después vino la historia más o menos conocida por todos. Cambiando un poco de tema, está siendo un año difícil para los que admiran a toda la música de esa época, han fallecido varios próceres. ¿Cómo ves la partida, por ejemplo, de creadores como Keith Emerson, que fueron muy influyentes para toda esta movida?
Sí, ha sido muy duro. Fue muy triste que Keith Emerson muriera, porque fue un descubridor de sonidos, un gran músico… el primero en usar los minimoogs y todo eso. Cuando escuché ese sonido por primera vez dije “esto es perfecto” y lo usamos después para una canción que hicimos que se llamaba “Impressioni di settembre” (1972).
Un clásico.
Con esa canción la rompimos en Italia, fue un gran éxito que llegó lejos en los charts, uno de los que más pegaron. Tenía instrumentos distintos para lo que se hacía en ese entonces, como el mellotron, que nadie más usaba en Italia, también metimos moogs y otras cosas, porque nos gusta experimentar con sonidos. Eso es PFM. Fundir cosas y sensaciones.
Volvamos al presente, ¿sigues hambriento de nueva música como antes?
Sí, me gustan muchas bandas, me gusta toda la música. La música es toda buena, si te gusta, o toda mala, si no te gusta, jajaja. Soy una persona muy curiosa, me gusta la música clásica, el rap, todas las bandas. Cuando escucho un disco no me importa de dónde es, si es inglés, norteamericano, sudamericano. Me importa el sentimiento, eso es lo que me atrapa. Tengo diferentes influencias por eso, me gusta toda la música.
¿Conoces algo de música que se hace a este lado del mundo, entonces?
Sí, pero tengo mucha curiosidad por ir allá y conseguir algunos discos, es como obtener música fresca en tiempo real. Quiero conseguirme algo de música del pasado y del presente de Chile y de Argentina. También quiero ir a algún club a ver música en vivo de alguna banda de tu país.
Hay harta actividad, así que habrá dónde elegir. Por último, ¿algún saludo para la gente que los sigue a través de Radio Futuro?
Me gusta el nombre Futuro, es fantástico, porque el futuro es donde necesitamos mirar y donde necesitamos ir, constantemente. Así que espero que tengan larga vida. Ese es mi saludo para todos ustedes.