“Un proceso sucio”… Así tildó la UDI, a través de su presidente Hernán Larraín, el proceso constituyente convocado por el Gobierno para buscar una nueva Carta Fundamental para el país. El senador gremialista no se guardó epítetos para descalificar la iniciativa argumentando, además, que La Moneda está “abusando” de la libertad de expresión al poner en las pantallas de los canales una campaña informativa.
«Si es de interés público –dijo Hernán Larraín- entonces que se abra la TV para cadenas nacionales de todos los ciudadanos que quieren opinar, particularmente los partidos que tienen representación en esta materia».
Al parecer, a la UDI no le gusta sentir la muerte de una Constitución hecha en dictadura, aquel gobierno de facto que veneran en sus estatutos y del que fueron parte. Y que muera en manos de todos los chilenos en un proceso que tendrá muchas carencias pero, al menos, saca de las garras de la elite, por primera vez en nuestra historia, aquella Carta Fundamental que nos rige como Nación…