Por Víctor “Panda” Monje
Desde 2014 que WWE se transmite en Fox Sports, en la Internet y en los medios de comunicación, se ha notado un aumento en la cobertura acerca de todo lo que a la lucha libre rodea. De hecho, nuestra misma Radio Futuro estuvo con Hugo Savínovich en la que indicó que “el rock y la lucha nacieron para estar juntos”. Hoy, la lucha libre chilena está en ascenso y se debe aprovechar para hacer un buen proyecto.
La lucha libre, una pasión para muchos de nosotros, otros que la llaman la “teleserie para hombres”, pero que une a sus seguidores en algo que es tan fiel como el amor a un equipo de fútbol, la música o a los videojuegos.
Yo consumo wrestling nacional desde mi época escolar, cuando en los años 2001-2002 iba al viejo Teatro Novedades y miraba a los Comeniños, a los Atalaya, a los Santiago Sangriento, a los Niño Monarch y varios “pioneros” para mí (Los Titanes del Ring son más antiguos, pero nunca los vi en un show) en lo que sería un mundo que seguiría hasta mis actuales 31 años.
En el pasado, las cosas eran más difíciles. Hoy, todo es diferente.
Felipe Gutiérrez, comunicador audiovisual de profesión, amante de lucha libre y conductor de uno de los podcast de lucha libre (me atrevería a decir “el más grande”) con más carrete en Chile. Acerca del auge que está teniendo su programa “Suplex”, él señala que es por “la accesibilidad que tiene el producto WWE, que es el más popular y que se puede ver en televisión e Internet con programas actuales e incluso en vivo”.
Felipe Carmona, periodista de profesión y un enamorado de la lucha libre que hizo su tesis de pregrado sobre RLL (Agrupación chilena llamada “Revolución Lucha Libre”) y uno de sus luchadores íconos (Montoya). “Mi tesis es un documental acerca de la ‘lucha’ de un atleta: la lucha por dedicarse a ella, por ayudar a construir lo que la lucha chilena es hoy, por mantener la lucha arriba y, principalmente, desarrollar al personaje y a la persona sin dejar que uno se coma al otro”.
Ellos, al igual que yo somos fanáticos que hemos plasmado en palabras y voz lo que nos gusta. El conocer el dónde se practica este deporte espectáculo en Chile es parte del fanático, del que paga una entrada por ver un show. Hace dos días, se presentó Mysteriomania en Chile, espectáculo que llenó el Teatro Caupolicán y al que fueron jóvenes con sus amigos e incluso familias completas.
Luis Cartes estuvo en el show con sus padres, con los que viajó desde Concepción para presenciar algo que para él sería histórico. “Nos vinimos todo el fin de semana y lo pasamos fantástico. Primera vez que vengo a un show de estas características, ya que lo único que pude ver en vivo fue a la ASL (Agrupación de Concepción llamada “Acción sin Límites”) y esto es lo más cerca que hemos estado de grandes superestrellas de la lucha libre”.
Otro fanático es Sergio, que vio por primera en vivo un show de lucha libre y que “por supuesto” recomienda a los fanáticos a que vean wrestling en vivo. Estaba feliz y con una sonrisa de oreja a oreja porque pudo ver a Johnny Mundo y Rey Mysterio.
Pero no todo es la mirada del fanático, porque algo con lo que todos soñamos es con ser luchador, algo que Jonathan Carrasco, Ingeniero en Administración Industrial y que hace el personaje “John Drago” en CLL (Agrupación chilena llamada “Chile Lucha Libre”). “He practicado este deporte por 10 años”, aunque lo interrumpió por estudio y trabajo. “Me motivó el hecho de primero querer aprender e imitar a mis ídolos de aquellos años y con el paso del tiempo aprendí que uno no debe luchar para satisfacer su propio ego de querer subirse a un ring y hacer todas las técnicas posibles, si no que uno debe hacer un espectáculo que deje feliz al público y los niños que creen en ti y que muchas veces te idolatran, es por esa gente la que hoy en día me subo al ring”, puntualizó Jonathan.
Alguna vez intenté aprender a luchar, pero por mi problema a la vista no pude subirme a un ring. Fui comentarista, aunque alguna vez participé en una promo en la que tenía una pequeña riña con un compañero de agrupación y que me golpeó por burlarme de él. Me sentí como Michael Cole recibió un F-5 de Brock Lesnar.
Volviendo a la lucha chilena, en el país hay varias agrupaciones, muchas para mi gusto (Xtreme Club, RLL, MAX, XNL, CLL, GLL, Legión, FULL, CNL, Wrestling Superstar, Valpo Lucha Libre, Fénix, ZDC y otras), con distintos enfoques, distintas historias, distintos personajes y distintos espectáculos. Siempre he pensado que el mucho abarca, poco aprieta. ¿Alguna vez podrían unirse todas o varias para hacer mejores productos y así convertir al wrestling nacional en algo más rentable? Sería un sueño ver algo así, algo que los fanáticos merecemos cuando pagamos una entrada. Espero que ese día se acerque.
“A la lucha chilena, ahora le veo más futuro que nunca. Veo que las familias van más, que los fanáticos que tienen son más fieles, hay más luchadores que se están preparando cada vez más. Se están abriendo las posibilidades que haya luchadores y no necesariamente los que ingresan al ring sólo los fines de semana”, detalló Carmona.
Gutiérrez especificó que “el presente de la lucha libre habla de un futuro esperanzador, porque hay mucha gente que dejó de ver esto como hobby, porque dejó de ver esto como la junta del fin de semana y empezaron a tomarlo en serio. Hay mucha gente en Chile, tanto en Santiago como en regiones, que están tratando de hacer esto de manera muy profesional, creyéndose el cuento y entregando un buen espectáculo para los fanáticos que pagan una entrada”.
Carrasco sigue la línea y ve que todo va bien encaminado, en el que “las nuevas generaciones ya no tienen que pasar por todo lo que vivió mi generación. Hay agrupaciones sólidas donde puedes aprender de lucha libre con bases. Creo que en un futuro podremos ver a más luchadores chilenos compitiendo en el extranjero”.
Si todo sigue como se ve hoy, quizás en unos años podamos ver a luchadores nacionales en Ring of Honor, Evolve, New Japan, Noah (Aunque chilenos han estado allí), AAA, CMLL o teniendo su momento Wrestlemania.
¡Hoy se cosecha y mañana se disfruta!