El vocalista anticipa el regreso triple de la banda a Chile.
Por Jorge I. Lagás
Los primeros días de mayo serán especiales para el culto a Marillion que vive en nuestro país. El grupo británico estará por estos lados dando tres actuaciones, la primera de ellas en el Teatro Municipal de Valparaíso, el jueves 5 de mayo; continúan en el Teatro Caupolicán de Santiago, el sábado 7; y cierran el periplo con una “gala progresiva” en el Teatro Nescafé de las Artes, también en Santiago, el domingo 8. Todas las entradas por Ticketek.
Con tamaño panorama en el horizonte cercano, en la radio del rock telefoneamos al vocalista de la banda, Steve Hogarth, el hombre que ya lleva más de 25 al frente de esta institución llamada Marillion. En sus palabras, volver a esta tierra “es algo que por supuesto esperamos con ansias, hemos tocado ahí varias veces y cada vez la atmósfera ha sido increíble. Es uno de los lugares que más nos gusta por el tipo de público, son muy numerosos y comprometidos”.
Parte de ese recuerdo han sido las últimas veces: “Las recuerdo todas, de hecho la última vez era el día de mi cumpleaños. Bajamos del avión, fuimos a almorzar para celebrar, y después tocamos en el Teatro Caupolicán. Siempre los shows por allá han resultado un agrado”.
Para esta vez, promete que “en realidad no hemos definido la totalidad del show, pero estamos conscientes de lo que tocamos la otra vez y obviamente no queremos repetirnos a nosotros mismos, queremos que sea diferente. Tal vez es muy pronto para adelantar alguna canción nueva del próximo disco, que no está ni terminado. Aunque en una de esas podemos. Veamos qué pasa”.
Esta vez se mandarán un recorrido triple, vamos en orden: primero tocan en Valparaíso por primera vez, ¿cómo ven esto de tocar en una ciudad distinta de la capital, más cerca del mar y reconocida internacionalmente como patrimonio de la humanidad?
Siempre es grandioso ir a un lugar nuevo. En esta gira tocaremos también por primera vez en Lima, Perú, así que ya tenemos dos lugares nuevos para conocer. Lo vemos como una oportunidad de ampliar lo que conocemos de Sudamérica y de probar más comida marítima, más peces y mariscos, jajaja. Y de vivir nuevas experiencias, claro.
Después estarán en Santiago, en el Caupolicán, que ya lo conocen bien.
Siempre encontramos una atmósfera asombrosa en toda Sudamérica y dentro de eso, la pasada por Santiago es siempre un punto alto. Junto con Ciudad de México, diría que es de lo más intenso en cuanto a cantidad de público y a la vibra de la gente. Por eso, tener una pasada por ahí esta vez era una elección obvia.
Y luego tenemos una “gala progresiva” en el Teatro Nescafé, donde incluirán, como su nombre indica, canciones más progresivas y más largas, un set distinto al habitual, ¿cómo es que esta idea tomó forma?
Bien, sucede que con Marillion tenemos una variedad bastante amplia de material. Que se ha ido juntando con los años, abarcando diferentes estilos, diferentes maneras de arreglar las canciones… y de cuando en cuando salen canciones más largas, de más de 15 minutos, porque a veces tengo mucho que decir y hay mucha música que tocar, así que tenemos algunas canciones bastante largas que tienen que encontrar un lugar, para eso pensamos este show.
Tengo entendido que el próximo disco viene muy en esa onda, con canciones largas y todo eso.
Efectivamente, el nuevo álbum viene en esa línea, diría que por lo menos unas tres canciones van a pasar los 15 minutos. Así que no tendrá muchas canciones en cantidad, pero las que vengan serán bien extensas. Hemos sacado cosas así antes, qué sé yo, la historia de un tipo cruzando el Atlántico (la canción ‘Ocean cloud’), y volviendo a lo de los shows, no puedes hacer un show sobre un tipo cruzando el Atlántico, jajaja, porque es una aventura con mucho que decir. Así que ahora podremos cubrir esas cosas.
¿Así que esto es como una especie de experimento?
Puede ser un experimento interesante. Hacer un show enfocado en lo más progresivo de lo que hemos hecho, puede ser un paseo por una parte importante de nuestra historia.
Háblanos un poco del álbum que están preparando, esto de querer hacer canciones más largas, ¿obedece a algún momento especial por el que está atravesando la banda?
Estas cosas no suelen ser muy planificadas, se dan más bien por un proceso de evolución, ocurren naturalmente. Cuando empezamos a escribir no sabemos qué es lo que va a salir. Este nuevo álbum creo que va a ser una especie de regreso, si quieres decirlo así, a nuestra manera de trabajar más progresiva y conceptual.
Ya que hablamos de historia, han pasado ya más de 25 años desde que llegaste al grupo, ¿cómo evalúas todo lo que has vivido en ella en estos años?
Me siento muy afortunado y privilegiado de que después de todo este tiempo pueda seguir viajando por el mundo, que pueda seguir escribiendo y grabando música en total libertad creativa, sin presiones de que suene de tal o cual manera. Y sin presiones incluso de tener que conformarme con lo ya hecho. Siempre tengo las posibilidades muy abiertas y eso es fantástico.
No muchos pueden decir eso.
Claro, hay muy pocos artistas que pueden desenvolverse con ese nivel de libertad. Y aún menos que tengan mi edad, casi 60 años, y seguir haciendo todas estas cosas para ganarse la vida, todos los días del año, y pasarlo bien. Yo me siento un tipo increíblemente suertudo: viajamos por el mundo, conocemos gente maravillosa, encontramos públicos asombrosos… a veces tengo que pellizcarme para cerciorarme de que es verdad.
Varios músicos progresivos tienen posiciones bastante disímiles respecto del sentido de ser “progresivo”. ¿Para ti qué significa esa palabra? ¿Significa algo?
Nada. Si tengo que ser honesto, no me significa nada. Es una palabra que representa cosas distintas para alguna gente. Para mí no es nada, no tiene sentido, es otra forma de decir “experimental”, quizás, o “libre”, tal vez. Para algunos será sonar como los discos que se hacían en 1973, como el ‘Dark side of the moon’, no sé… para mí, el término no significa nada.
¿Te pasa lo mismo con otras etiquetas de estilos?
Es como cuando dicen “música pop”. ¿Qué significa eso? Dame un ejemplo de música que por sí sola sea “pop”. No se puede. Puedes darme cien nombres y te aseguro que sonarán todos distintos unos de otros, pero de todos se puede decir que son “pop”. ¿Pero qué diablos significa eso? Parece que nada.