Auditoría forense… vaya nombre técnico que recibe esta diligencia contable que acaba de destapar el mayor escándalo financiero que se conoce del fútbol chileno. Como si se tratara de escarbar en las vísceras de un cuerpo buscando la verdadera causa de su muerte. Y la auditoria forense dejó en claro puntos escandalosos, como lo rescata el sitio deportivo As.com.Por ejemplo, el botín se repartió a destajo y sin controles. De los 1.402 millones de pesos que recibieron los clubes afines al directorio de Jadue, 1.200 fueron girados en cheques al portador que fueron cobrados por terceros distintos a los clubes Deportes Concepción, Unión La Calera y Deportes La Serena. No es posible saber si los fondos aludidos llegaron a los clubes.
En fondos a «rendir» ,Mauricio Etcheverry, ex dirigente de La Serena y funcionario de la ANFP muy cercano a Jadue, recibió $184.173.000, de los cuales hay 117 millones de pesos sin justificación ni respaldo. Y el arquitecto Leonidas Lautari, vinculado a la esposa de Sergio Jadue, cobró 218 millones de pesos por asesorías en infraestructura pero no hay detalle sobre las funciones, pero sí participó, junto con funcionarios de la ANFP, en trabajos en la residencia particular de Jadue en Huechuraba.
Y así, la lista es larga… El desfalco es total y, por lo visto, se hizo en un clima donde todos parecían mirar para el lado o –como dijo un ex Presidente- parecían cómplices pasivos de un robo sin cuartel al deporte que más apasiona a los chilenos y que hoy luce como un triste cadáver…