Es el triunfo de la tómbola sobre el mérito… Luego de 15 horas de debate, la Comisión de Educación de la Cámara de Diputados despachó el proyecto que crea el Sistema de Educación Pública. Y, entre esos puntos, diputados oficialistas desconocieron el acuerdo tomado y determinaron que el 70 por ciento de las matrículas en los liceos llamados emblemáticos deberán ser por sorteo. Es decir, están condenando a los buenos estudiantes de comunas más pobres a estudiar en el liceo que les tocó por ruleta y no en aquel que –dentro de la realidad que sacude a nuestra Educación Pública- pudo haberles entregado mejores herramientas para competir.
La diputada comunista Camila Vallejo cree que “hablar de meritocracia es retroceder en una discusión zanjada con el Ejecutivo en la Ley de Inclusión”. Es una mirada sobreideologizada que considera al mérito como la herramienta de un bando contrario cuando debiera ser el motor de una sociedad que intenta mayores niveles de igualdad de oportunidades. Y aún más, varios de estos parlamentarios oficialistas que se oponen a la selección por mérito tuvieron la “fortuna” de haber estudiado en colegios particulares. Vaya paradoja selectiva…