Ministro del Interior visita colegio Salecianos
Editorial de Freddy Stock, viernes 10 de junio.

Romper una imagen religiosa… toda una batahola mediática se ha hecho sobre la estatua de Cristo, rota por un grupo de encapuchados en la jornada de ayer. Y, claro, para un sector de la sociedad tal afrenta es un vejamen imperdonable de sujetos que ni siquiera son capaces de dar la cara, que se escudan para ello en la cobardía del anonimato. Y es el sacerdote jesuita Felipe Berríos quien se atrevió a hacer una radiografía certera de aquellos mancilladores de la principal figura del cristianismo, tildándolos de “jóvenes mimados por el consumo y tenemos que soportar sus rabietas”. Son sujetos, cree Berríos, que no sólo pisotearon esta estatua que es algo simbólico, “es pisotear no sólo al Dios de los católicos, sino a lo realmente sagrado: el respeto entre todos».

Y aquí da en el clavo el sacerdote jesuita. Lo que está aquí en juego es la convivencia y el uso del argumento en beneficio de los cambios y no los actos desadaptados como éste que hacen surgir populismos contra las libertades de la democracia…


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