El ideal de país… Es el norte que han marcado los grandes estadistas de la historia de Chile. Desde José Miguel Carrera, que le metió impronta a un movimiento timorato de lealtad al rey cautivo pero que él llamó independencia y le puso acero y bandera. Ideales de país, como la república oligárquica y conservadora instaurada en 1933 bajo la tutela de Portales o la liberal de ese luchador del laicismo que fue Domingo Santa María. Personajes que uno puede admirar o detestar pero jamás quitarle el laurel de haber sido grandes estadistas.
Arturo Alessandri y el Estado divorciado de la Iglesia, Pedro Aguirre Cerda y el fortalecimiento de la clase media. La valentía histórica de Frei Montalva que rompió latifundios centenarios o la de Allende que nos terminó de devolver el cobre. Hasta un asesino oscuro como Pinochet y su dictadura cívico militar dejó un ideal de país. Ese del libremercado hambriento, de las AFPs, del Chile que desterró la palabra solidaridad por encontrarla roja y upelienta. Y, en estos últimos 25 años, ¿cuál es la construcción de nuestro ideal de país? ¿Lo tuvo la Concertación, acomodada en consensos, en cuoteos, en la distribución del poder sin sobresaltos? Vendrá ese líder, lo seguimos esperando. Ese que determine un cambio necesario, el de las reformas que se hacen porque se necesitan, como lo hicieron Santa María, Alessandri, Frei Montalva y tantos estadistas que no trataron de dejar a todos contentos. Sólo trataron de legarle más justicia a su pueblo…